En 1970 Bertone presentó en el Salón de Turín un estudio de diseño con perfil en cuña y de líneas muy angulosas que captó la atención del director deportivo de Lancia, Cesare Florio, y que vio en él al sustituto del invencible Fulvia, el arma de Lancia en el mundial de rallies. Al año siguiente se pudo ver otro prototipo equipado con motor V6 Dino.
Cuando definitivamente Fiat, que tenía el control de Ferrari, se hizo con Lancia, el Stratos con motor Dino-Ferrari se convirtió en la nueva arma de la marca turinesa para correr en rallyes. El Stratos era un coche extremo, se le mirase por donde se le mirase. Su perfil en cuña y sus líneas angulosas acentuaban sus prestaciones. A la potencia del motor Ferrari V6 de 2.4 litros se le sumó una construcción en fibra de vidrio y así nació un coche de leyenda.
A la hora de la homologación, se exigió la fabricación de 500 unidades y así nacieron los modelos Stradale o de calle, que aunque se fabricaron hasta 1975, se pudieron comprar hasta 1980. En el capítulo de la competición, fue el italiano Sandro Munari el que no tuvo rival en las pistas de todo el mundo, además de otros aguerridos héroes, como Bjorn Waldegaard.
Una vez más nos encontramos ante un más que cuidado modelo de la marca HPI Racing, con un molde perfecto, grandes detalles exteriores en materia de fotograbados, anagramas y piezas independientes y un interior muy cuidado, pese a la simpleza del interior del Stratos.
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