jueves, enero 23, 2025

Skoda Hispano Suiza 25/100 PS 1928 de Autocult







Skoda es una de las marcas de coches más antiguas de la historia datando de 1895 en que inició su actividad como un taller de bicicletas. Mientras que otras firmas de edad similar como pueden ser Peugeot, Opel o Mercedes, más o menos siempre han mantenido una identidad homogénea, los de Mlada Boleslav han vivido diferentes etapas muy bien diferenciadas algunas de ellas influidas por los cambios políticos de su país de origen, la antigua República de Checoslovaquia, hoy día dividida en dos Estados, República Checa y República Eslovaca. 

A ello se une igualmente el concepto o imagen que tienen de la misma los aficionados y apasionados del motor según de la generación que sean, así para unos Skoda no es más que una división del Grupo VW, para otros una marca de los tiempos de la Unión Soviética y ya pocos quedan que la identifiquen con los tiempos de cuando sus fundadores fabricaron su primer coche allá por 1905 y aún se denominaba Laurin & Klement.

En 1914 se produce la fusión entre Laurin & Klement, principal fabricante de automóviles de la República de Checoslovaquia y con sede en Mlada Boleslav, con Skoda Pilsen, una empresa especializada en vehículos industriales y maquinaria, y pese a que los turismos siguieron llamándose Laurin & Klement, unos años más adelante empezarían también a usar el nombre de Skoda.

Precisamente, el primer coche denominado Skoda y que lucía el emblema de la 'flecha alada' tenía unos orígenes muy españoles. En 1918 Skoda obtiene la licencia de la firma española Hispano Suiza para fabricar el formidable motor de aviación V8 T31. Cuando unos años más tarde la empresa se plantea incluir en su catálogo un vehículo de lujo y representación vuelven a recurrir a Hispano Suiza con quien mantenía muy buenas relaciones.

Producir desde cero un automóvil requiere de un gran esfuerzo tanto económico como técnico, es por eso que en Skoda optaron por un camino más sencillo y práctico: adquirir la licencia de un producto ya en vigor que solamente ha de ensamblarse. Dadas las buenas relaciones entre Skoda e Hispano Suiza, la empresa checoslovaca logra en 1925 la licencia para la fabricación en su país del prestigioso modelo H6B de Hispano Suiza, un coche de lujo de más de cinco metros propulsado por un robusto y potente motor de seis cilindros famoso por ser el primer automóvil con servofreno mecánico.

Ese mismo año de 1925 la fábrica de Pilsen de Skoda inicia la fabricación del H6B que denominarían Skoda Hispano Suiza 25/100. En un principio, se recibía desde la planta francesa de Hispano en Bois-Colombes, París, todas las piezas para su ensamblaje, pero el objetivo era poco a poco ir fabricando el auto completo en Checoslovaquia. La producción de los Skoda Hispano Suiza 25/100 en Pilsen se prolongó hasta 1929 y la cifra total de vehículos producidos oscila entre 100 y 50 ejemplares según la fuente. 

Curiosamente, el primer Skoda Hispano Suiza 25/100 que salió de Pilsen fue adquirido para el entonces presidente de la República de Checoslovaquia, Tomasz Garrigue Masaryk, como vehículo oficial y de representación. Los Skoda Hispano Suiza 25/100 eran técnicamente idénticos a sus primos franceses H6B, o sea, su motor de seis cilindros en línea y 6.6 litros erogaba 100 CV de potencia, la cual podía verse elevada en ciertos regímenes de motor hasta los 130 o 140 CV. la velocidad máxima era de 140 Km/H, similar a la de un coche deportivo de sus tiempos. 

Al igual que el resto de Hispano Suiza, Skoda sólo producía el conjunto chasis-motor-transmisión mientras que para la carrocería se recurría a empresas especialistas externas, siendo en el caso de los modelos checoslovacos realizadas por artesanos como Messrs, Brozik o Jech. Los Skoda Hispano Suiza 25/100 lucían sobre sus calandras también la célebre cigüeña en honor del as de la aviación francés George Guynemer, pero en lugar del emblema de las banderas de España y Suiza figuraba la flecha alada de Skoda. Sobre la parrilla del radiador se leían los logos de Skoda e Hispano Suiza.

En referencia al modelo que representa la miniatura de Autocult que es objeto de la entrada del blog he hallado fotos del coche real, aunque las informaciones al respecto son contradictorias. Por un lado, en el blog de mi buen amigo Antonio Barrio figura como carrocería de Brozik, mientras en otras fotos encontradas en la red se refieren al coche como carrocería de Jech, empresa con sede en Praga. Esta misma fuente asegura que el coche era propiedad de Robert Mandelík, director general de la 'Asociación de Refinerías de Azúcar de Checoslovaquia'. 

Todos los coleccionistas mantenemos una serie de normas que rigen la adquisición de nuevas piezas que pueden ser más o menos estrictas pero a fin de cuentas otorgan sentido y coherencia y vehiculan las colecciones. En mi caso, una de esas normas es no incluir coches de marcas de Europa del Este y la antigua URSS. Cuando hace unos meses Autocult presentaba este Skoda Hispano Suiza tuve muy claro que tenía que estar en mi colección, pues si bien Skoda es un fabricante que no incluyo en mi colección, en este caso la cosa cambia, pues al fin y al cabo, lo único que tiene de Skoda es su nombre, por lo demás es todo un Hispano Suiza. 

Igualmente es un modelo que me ha costado mucho conseguir pues en poco tiempo fue declarado fuera de stock, pero como la paciencia es una virtud de los coleccionistas, finalmente tuve suerte y pude hacerme con uno, una suerte de 'Milagro de Navidad', pues fue mi regalo de Reyes Magos de este año.

La miniatura está realizada en resina. Tiene el acabado que habitualmente imprime Autocult a todas sus creaciones, empleando una terminación con profusión de detalles en metal fotograbado. Las formas, proporciones y medidas parecen correctas. Y lo más importante, como coleccionista español y apasionado de la marca Hispano Suiza, es una alegría por fin tener una excelente miniatura de un Hispano checoslovaco.

viernes, enero 17, 2025

Studebaker Power Hawk 1956 de Matrix Scale Models







 El modelo de la industria automotriz de Estados Unidos sufrió un cambio radical tras la II Guerra Mundial. Precisamente, la guerra de precios iniciada por los dos gigantes GM y Ford por hacerse con el mercado obligó a los fabricantes "pequeños" como Hudson, Nash, Packard o la propia Studebaker a establecer alianzas con el fin de resistir pese a que en años anteriores habían resistido bien por su cuenta.

Lo que podría haber sido el cuarto gigante automovilístico estadounidense, agrupando precisamente a las cuatro firmas antes mencionadas, no pudo llevarse a cabo debido a las limitaciones geográficas -dos empresas de Detroit, una de South Bend en Indiana, y una tercera de Kenosha, Wisconsin- amén de la propia administración y organización de cada una que hacían imposible una integración. Finalmente, Packard y Studebaker terminaron por unirse en un proceso de fusión que se inició en 1954 y culminó en 1956.

Uno de los productos más destacados de Studebaker tras la II Guerra Mundial fue sin duda la serie Hawk, una pléyade de atractivos coupés producidos entre 1956 y 1964. La serie Hawk tiene sus orígenes en los atractivos coupés presentados por la firma de South Bend en 1953 y que popularmente fueron conocidos como los 'Loewy's Coupes' dado que habían sido diseñados por Robert Bourke, estilista dentro del prestigioso estudio del célebre gurú del diseño industrial Raymond Loewy. 

La serie Hawk de Studebaker tiene su punto de partida en el modelo Speedster del 1955 con su llamativo frontal de acero inoxidable. De uno u otro modo, Studebaker pretendía con estos coches introducir en el mercado un competidor del Thunderbird de Ford, de ahí el uso del nombre de un ave, en su caso, el halcón -Hawk-. El rasgo más característico de los Studebaker de la serie Hawk era su vistosa calandra frontal, a la que muchos encuentran parecido con la de Mercedes. 

Cuatro modelos integraron la Serie Hawk el año de su lanzamiento, 1956. Flight Hawk, Power Hawk, Sky Hawk y Golden Hawk, desde el más básico al más lujoso. Nos vamos a detener en el Power Hawk por ser el modelo cuya miniatura protagoniza esta entrada. 

Fabricado solamente durante un año, el Power Hawk se situaba en la gama media de los 'Loewys Coupes' de Studebaler de 1956. De su diseño destaca el clásico frontal 'tipo Mercedes', el pilar central y una trasera sin apenas aletas pronunciadas, por lo que su aspecto resultaba muy deportivo, siempre cogiendo con pinzas este terminó aplicado a un automóvil de EEUU de la década de los 50. Resaltar que los Flight Hawk y Power Hawk montaban la carrocería tipo C-Body con pilar central y Los Sky Hawk y Golden Hawk la K-Body sin pilar central.

Posicionado entre el básico Flight Hawk y con los Sky Hawk y Golden Hawk por encima, el Power Hawk iba equipado con motor V8 de 4.2 litros idéntico al de toda la Serie Commander. La mecánica se ofrecía con dos niveles de potencia según si montaba carburador de dos o cuatro cuerpos, 170 y 185 CV. El cambio podía ser manual de tres marchas o automático de dos, en ambos casos accionados desde una palanca en la columna de dirección. un total de 7.095 unidades del Power Hawk fueron fabricadas. Al término de 1956 el Power Hawk fue discontinuado y su hueco fue rellenado por el Silver Hawk, aunque esa es ya otra historia.

El fabricante de miniaturas Matrix Scale Models siempre ha contado en su catálogo con réplicas de automóviles americanos de lo más atractivas y algunas de esas referencias forman parte de la colección del blog. Hace un año Matrix lanzó su propia marca para miniaturas de coches americanos, denominada Great Iconic Models, aunque finalmente parece que la misma ha sido discontinuada. Una de las últimas referencias de Matrix en materia de miniaturas de clásicos americanos es el precioso Studebaker Power Hawk de 1956 que protagoniza esta última entrada. Se trata de un modelo con todos los ingredientes habituales de Matrix: realizado en resina y con un acabado de muy alta calidad. Las formas y proporciones parecen correctas y destaca el uso de piezas independientes de metal fotograbado para el detallado de su terminación lo que le proporciona un acabado muy realista y vistoso. Un auténtico imperdible para los coleccionistas de clásicos del otro lado del Atlántico, amén de que no muchas marcas se dedican a reproducir modelos de Studebaker, en especial uno tan raro como el Power Hawk que sólo se fabricó en 1956. 

La miniatura ha sido un regalo de los Reyes Magos en casa de mi querida madrina Chari Gómez Rivas, más conocida como Mima.