domingo, junio 13, 2021

Chevrolet Corvette C3 Stingray 'Astrovette Apollo XII' de TSM







General Motors lanzó al mercado la tercera generación del Chevrolet Corvette en 1968 y se mantuvo hasta  1982. Pese a que aún empleaba el chasis, motores y componentes mecánicos de la generación anterior, el C2, el diseño y el interior eran completamente nuevos. Las líneas del Corvette C3 se basan en el prototipo Mako Shark II obra de Larry Shinoda y Bill Mitchell. Hasta 1976 los Corvette C3 de denominaron como Stingray en lugar de Sting Ray, como se conoció a la generación precedente de dicho automóvil. El C2 estaba disponible con dos tipos de carrocería, coupé y descapotable, no obstante, en los coupé existía la opción de incorporar el techo central desmontable al estilo del Porsche 911 Targa. A lo largo de su trayectoria, el Corvette C3 equipó motores V8 de 5.0; 5.4; 5.7; 7.0; y 7.4 litros, aparejados a cajas de cambio de tres y cuatro velocidades tanto manuales como automáticas.

El deportivo más famoso fabricados en los Estados Unidos es célebre y popular por muchos aspectos, y en la presente entrada vamos a tratar la relación del mismo con los astronautas. El primer estadounidense en viajar al espacio fue Alan Shepard, piloto de la US Navy. Shepard entró a formar parte del Space Program en 1959 y ya entonces conducía un Corvette del 57. Tras ser el primer astronauta del Programa Mercury, a su regreso a la tierra, recibió un Corvette de 1962 completamente nuevo por cortesía de GM. Los primeros astronautas eran todos pilotos de pruebas, ya fuese en la US Navy como en la US Air Force, por lo que estaban acostumbrados a pilotar las máquinas más veloces y avanzadas de su tiempo, por ello resulta razonable que como medio de desplazamiento personal empleasen el automóvil más potente y deportivo fabricado entonces en los Estados Unidos. 

Es entonces cuando entra en escena el empresario Jim Rathmann, ganador de la Indy500 de 1960 y propietario de un concesionario Chevrolet-Cadillac en Melbourne, Florida, cerca del Cabo Kennedy Space Centre de la NASA. GM no tenía la costumbre de regalar coches a los hombres del espacio, pero este industrial vio la posibilidad de ligar la imagen del Corvette a la de los mayores héroes americanos del momento, por lo que ideó un curioso sistema de renting por el que los astronautas del Programa Mercury accedían a conducir un Corvette pagando un simbólico dólar al año. Excepto John Glenn, que prefería un Chevrolet familiar para poder llevar a su familia, el resto de astronautas del Programa Mercury firmaron la propuesta de Jim Rathmann.

En 1969, Rathmann fue a más. Desarrolló una versión específica y personalizada del Corvette C3 para los astronautas de la misión Apollo XII. Una vez de regreso a la tierra, Alan Bean, Dick Gordon y Charles Conrad fueron al concesionario de Jim Rathmann a recoger sus nuevos coches de cuyo uso disfrutarían por la módica cantidad de un dólar al año. Estos automóviles únicos tenían carrocería coupé y lucían una combinación de color dorado y negro, y recibieron la denominación 'Astrovette Apolo XII'. Fue el mítico diseñador Alex Tremulis el autor de la librea de estos tres Corvette. Toda iban equipados con el motor V8 427 ci de 7.0 litros y 390 CV de potencia y cambio manual de cuatro velocidades. Sólo un pequeño ornamento diferencia a cada uno de los tres Astrovette. En el Apollo XII, cada astronauta tenía marcado su paquete de comida con un rectángulo de color y una iniciales. El de Conrad era rojo con las siglas CDR -comandante-; el de Gordon, blanco con las iniciales CMP -Command Module Pilot-; y en el de Bean, LMP -Lunar Module Pilot- sobre azul. La polémica surgió cuando la revista Life sacó a Bean, Gordon y Conrad en su portada posando delante de sus Astrovette, algo que no sentó bien a la NASA al poder tratarse de una posible publicidad ilícita. En 2019, el 'Astrovette Apollo XII' de Alan Bean fue incluido en el National Historical Register Vehicle. 

El fabricante de miniaturas anteriormente conocido como True Scale Miniatures, hoy TSM, presentó hace unos años una magnífica miniatura del Corvette 'Astrovette Apollo XII'. Nunca tuve una prisa especial por añadir un Corvette C3 a mi colección pero lo cierto es que esta versión sí me interesaba por ser un automóvil con una historia muy interesante detrás, pero el modelo quedó pronto descabalgado y perdí la oportunidad de adquirirlo. No obstante y como me ha pasado en otras ocasiones, hace unos días encontré un Astrovette de TSM en una tienda online de los Países Bajos y no me lo pensé. La miniatura está realizada en resina como suele trabajar siempre TSM. Es correcta en formas y proporciones y cuenta con un acabado muy fino y detallado. Una de esas miniaturas que merecen mucho la pena tanto por su calidad como por el modelo a quien representa.

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