viernes, agosto 30, 2019

Ferrari 410 Superamerica Scaglietti Coupé 1957 de CMF













Los primeros automóviles que salieron de la fábrica de Ferrari en Maranello durante sus primeros años de actividad estaban orientados hacia la competición. Sí, de acuerdo, la mayoría eran usados por sus propietarios como coches de calle, pero eran máquinas perfectamente preparadas para tomar parte en cualquier carrera en que pudieran inscribirse. Estados Unidos era el mercado más fuerte para los coches de Enzo Ferrari y éste tenía el anhelo de construir coches de calle muy exclusivos para los ricos y adinerados clientes de aquel país. Y ese proyecto se materializó en la prestigiosa serie Superamerica.

Si un Ferrari de la década de los 50 significaba el epítome del lujo y la exclusividad, los Superamérica daban una vuelta de tuerca más a ese concepto. El primer modelo de esta serie fue el 410, una denominación que se adaptaba al tipo de nomenclatura habitual de la marca entonces, pues 410 es la cifra que refleja el volumen unitario de uno de los 12 cilindros de su motor. Sólo se construyeron 34 unidades del 410 Superamerica y entre sus clientes figuraban grandes empresarios norteamericanos como Bil Harrah, Bob Wilkie y William Doheny, pero también personas de la realeza como el Shah de Persia Mohammed Reza Pahlevi o el emperador Bao Dai así como el magnate de la pasta italiana Pietro Barilla.

Mientras los Ferrari de competición empleaban los motores V12 tipo Colombo de tamaño compacto, los Superamerica empleaban una mecánica más acorde a su filosofía, el V12 creado por el otro gran ingeniero de la marca, Aurelio Lampredi, que cubicaba 4.9 litros y erogaba hasta 340 CV de potencia, sin duda, un motor muy del gusto americano.

Los 34 410 Supermerica se construyeron en tres series. La mayoría lucían la carrocería de Pininfarina, pero en virtud de su exotismo y rareza cuatro ejemplares destacaron por sus carrocerías diferentes: el carrozado por Ghia, un coupé y un descapotable realizados por Mario Boano, y el ejemplar que nos ocupa, el número de chasis #0671SA obra de Sergio Scaglietti.

El 410 Superamerica Scaglietti Coupé #0671SA fue entregado en 1957 al Dottore Enrico Wax, un rico empresario de Génova propietario de la firma 'Wax & Vitale SnC' especializada en las exportaciones e importaciones. Eran los proveedores oficiales para Italia de productos como el whisky Johnny Walker y el cuero Connolly. Wax era amigo íntimo de Enzo Ferrari y entre sus negocios figuraba también un concesionario de la marca en la zona de La Liguria. El Dottore Wax encargó en 1956 a Maranello un automóvil único y en Ferrari estuvieron encantados de satisfacer sus deseos.

El mismo Enzo Ferrari sugirió que el coche de su amigo Enrico Wax fuera diseñado y construido por Scaglietti, colaborador íntimo especialista en coches ligeros y de competición. Sin duda el diseño del #0671SA no pasaba desapercibido, pues pese a ser un coche destinado al lujo, la esencia de la competición la tenía muy impregnada. La línea de techo descendente, dos prominentes aletas traseras muy al estilo norteamericano o las rejillas de ventilación aportaban mucha agresividad y estaban realizadas en acero, mientras que el resto de la carrocería era de aluminio.

El coche fue vendido en 1961 y viaja de Suiza a Texas. En 1970 lo adquiere un propietario que lo vuelve a vender, pero fue robado. Al tratarse de un automóvil tan peculiar, los ladrones separan la carrocería del chasis, que termina vendido a un granjero de Oregón. El coche desparece literalmente.

Greg Garrison, un apasionado coleccionista de Ferrari, especialmente de modelos Superamerica y similares, inicia la búsqueda del coche en Oregón poniendo anuncios en los periódicos y ofreciendo una recompensa. En 1986 encuentra el coche, lo adquiere y lo envía a Italia. Garrison se encontró en Maranello con el mismo Enzo Ferrari que cuando vio el número del coche lo reconoció enseguida como el auto del Dottore Wax.

La intención de Garrison era restaurar el coche y comunicó sus planes a Enzo Ferrari y su gente. Al terminar la reunión, Garrison se fue a almorzar al restaurante 'Il Cavallino' y estando allí apareció Sergio Scaglietti que le comunicó que sería un honor para él y su equipo volver a construir la carrocería original del #0671SA. Scaglietti recopiló toda la información posible, fotos incluidas, y reunió al equipo original que realizó la carrocería. El trabajo de reconstrucción se realizó en los talleres de Carrozeria Sport Auto de Bastiglia, Modena. El motor fue restaurado en Sport Auto Modena. En apenas dos años el coche estaba listo de nuevo y en 1990 ganó el Best in Class en Peeble Beach. En 2007, ya en manos de otro propietario tras la muerte de Greg Garrison en 2005, logró el Best of Show en el Concurso de Elegancia de Las Vegas. Cada Ferrari tiene su historia, cada Ferrari es un producto muy exclusivo, pero el #0671SA es sin duda alguna uno de los más especiales.

Con cuentagotas y cual champiñones tras la lluvia, de vez en cuando surgen algunas miniaturas de Ferrari que uno como coleccionista no puede dejar pasar. Desgraciadamente, en los últimos años, los coleccionistas a la hora de adquirir un Ferrari nos venimos viendo en una tesitura peculiar: bien optar por modelos muy costosos de firmas semi artesanales, o contentarnos con réplicas cuya calidad está más cerca de un juguete de niños que de un objeto de coleccionismo. No citaré nombres comerciales de ninguno de los casos dado que no merece la pena. Pero de vez en cuando aparece el mirlo blanco, como el caso que nos ocupa hoy. La reproducción del Ferrari 410 Superamerica Scaglietti #0671SA es obra de CMF, una nueva marca de miniaturas que surge de la empresa Modelcar Group, propietaria de otras firmas como Neo Scale Models, Best of Show o Premium Classixxs. Según apunta Modelcar Group en su Facebook, "CMF se agrega a su gama de productos para ofrecer a los coleccionistas modelos de la más alta calidad". Efectivamente, estamos hablando de una miniatura en resina con un acabado de lo más cuidado y la comparación es la firma holandesa Matrix Scale Models, pues además se mueven en un precio similar. La miniatura supone una realización de lo más fino, con un acabado muy cuidado lleno de detalles, con muchas piezas independientes de metal fotograbado que le otorgan un gran realismo. Sin duda, una miniatura que no he podido dejar pasar y cuya adquisición me ha alegrado, esperando que próximamente puedan llegar a la colección otras referencias de CMF que a pesar de su aún breve catálogo, está lleno de cosas muy interesantes. La única pega que se puede poner es que estamos ante otro fabricante aficionado a empaquetar sus modelos en una presentación excesiva en tamaño. Por lo demás, bienvenidos los modelos de CMF.

PD: Sergio Scaglietti, diseñador de este coche, nos dejó en 2011. En 2007 tuve la ocasión de conocerle en Maranello, es por eso que me gustaría dedicarle esta entrada y adjuntar la fotografía que nos hicimos en el Circuito de Fiorano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Originalísima pieza, al igual que los otros Ferrari de este fabricante que he descubierto gracias a tí. Veo influencias del Tour de France y de los 250 Zagato del mismo año, así como de los autos USA coetáneos. Me encanta!
Solo comentarte que veo las ruedas un poco pequeñas con respecto al coche original, que se subastó en 2012 por 1,8 millones de dólares en RM.
Estos dos Ferraris van a quedar de lujo en tus vitrinas.
Un abrazo, maestro!
Roberto-Llana7.

https://rmsothebys.com/en/auctions/AZ12/Arizona/lots/r155-1957-ferrari-410-superamerica-coupe-by-scaglietti/280365