Han sido muchos autores los que han reflejado en sus textos los paralelismos que siempre existieron entre dos de las marcas más carismáticas de la historia de la automación como son Bugatti y Ferrari. Ambas han representado en sus diferentes épocas la máxima expresión del lujo, la exclusividad y la pasión del automovilismo; ambas fueron dirigidas de forma "cuasi dictatorial" por dos personajes bien controvertidos y en ambos casos hubo un tiempo en que los hijos de ambos, brillantes e innovadores ingenieros, dejaron también su impronta en los autos de la empresa familiar.
Del mismo modo que Dino Ferrari fue el artífice de una nueva gama de motores más compactos en Ferrari (de hecho su padre, Enzo, bautizó con su nombre a una nueva gama de modelos Ferrari tras su prematura muerte), los modelos desarrollados por el benjamín de monsieur Ettore Bugatti, Jean, tenían una impronta bien distinta a los de su padre. Mientras el patriarca apostó por los coches de gran tamaño, siendo el Type 41 Royale el mejor representante, Jean Bugatti centró su trabajo en el desarrollo de modelos más compactos, naciendo así otro de los grandes clásicos de Bugatti, el Type 57, en sus múltiples y diferentes formas.
El modelo que nos ocupa es un Type 57 que fue comprado por monsieur Fernand Chaussivert en abril de 1939, con una elegante carrocería obra de la empresa gala Vanvooren. Llama poderosamente la atención que se trata de un diseño tremendamente sutil, limpio y de una elegancia y sencillez sublime, en comparación con otros trabajos realizados por esta casa que han destacado por su extravagancia y barroquismo.
El tono elegido, un bonito verde apagado, viene a reforzar la idea antes expuesta. El diseño guarda ciertas similitudes estilísticas con el Type 57 Atalante, aunque en ese caso se trata de un diseño propio de Bugatti. Mecánicamente iba animado por el habitual motor ocho cilindros en línea de 3,3 litros de Jean Bugatti, en su versión sobrealimentada. Este coche pasó 70 años en Francia hasta que en 2009 fue adquirido por el Museo Mullin de Oxnard, California, dedicado a los autos franceses y similares de las primeras décadas del siglo XXI y al Art Decó.
El modelo que hoy presento es la tercera miniatura de la nueva serie que el fabricante alemán Minichamps ha dedicado a los coches del Museo Mullin, aunque según la documentación que se adjunta se trataría del número cinco de la colección, pese a que sea el tercero que ve la luz tras el Delage D8-120 Chapron y el Hispano Suiza H6C Xenia Dubonnet. El modelo está realizado en resina y se trata de una miniatura de muy buena calidad y de gran refinamiento, con un buen número de sus detalles muy bien reproducidos, ya sea con piezas independientes o fotograbados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario