viernes, diciembre 31, 2010

Studebaker Commander Land Cruiser de Brooklin Models






1950 fue un año especialmente bueno para Studebaker, que vio como sus ventas alcanzaron un pico histórico. Este hecho se debió principalmente a la buena acogida por parte del público de la gama 1950, coches de calidad y bien construidos, con un hermoso y futurista diseño y con carrocerías y motores para todos los gustos. 

En una época en la que las grandes marcas norteamericanas pusieron a auténticos gurús en sus departamentos de diseño, léase Harley Earl (GM) o Virgil Exner (Chrysler), Studebaker confió en el talento del franco-norteamericano Raymond Loewy, y lo cierto es que la jugada no salió mal. Las futuristas y estilizadas líneas de los Studebaker de 1950 se vieron coronadas por el frontal tipo 'Bullet-Nose' (nariz de proyectil), quizás uno de los elementos del diseño norteamericano más recordado popularmente, como las grandes aletas traseras de los Cadillac de 1959, los orificios laterales de los Buick o el frontal 'Horse Collar' del Edsel. 

El Commander de 1950 se vendía como un Coupé, un Cabriolet y un sedán de cuatro puertas en tres niveles de acabado, De Luxe, Regal De Luxe y Land Cruiser. Este último se situaba en el tope de la gama y sólo podía adquirirse con carrocería sedán de cuatro puertas y batalla larga. Mecánicamente, todos los Commander iban animados por un V8 de 102 cv, mientras que los Champion, más modestos, usaban un 6 en línea de 85 cv. 

La miniatura que hoy presentamos, y que supone la última que voy a mostrar en este año, corresponde al fabricante inglés de miniaturas en metal blanco Brooklin Models. Se trata de un modelo que salió al mercado hace ya unos cuatro años y corresponde con un Commander Land Cruiser de 1950 con carrocería de batalla larga. Lo mejor de este modelo y de los Brooklin de su época es sin sin duda las perfección de su molde. Todavía el detallado era poco espléndido y apenas encontramos como piezas independientes los faros, parachoques, tiradores de las puertas, el 'Bullet-Nose', la matrícula y los adornos del capó. Con todo, no deja de ser un coche muy llamativo. La versión coupé podemos encontrarla hecha por el fabricante Yat Ming, con mejores detalles y a un precio mucho más bajo, aunque obviamente, sin ese especial encanto de las miniaturas de metal blanco.

miércoles, diciembre 29, 2010

Pegaso Z102 Berlinetta Cúpula 'Rosa de Té' de Daz Hoby






Pegaso es el nombre de un ser excepcional, el caballo alado que Zeus, rey de los dioses de la mitología griega, envió para que ayudase al héroe Perseo a rescatar a su amada Andrómeda. Y casi tan excepcional como lo fue este caballo, lo fue el Pegaso Z102 Cúpula, si es que realmente ha habido algún Pegaso Z102 que no fuese excepcional. 'Coupé Perfilado Enasa', 'Berlineta Aerodinámica', 'Cúpula' o 'Rosa de Té' son algunos de los nombres por los que se conocen al modelo que hoy tratamos. 

Realmente existen dos teorías sobre el Z102 Cúpula, una que dice que se construyeron dos modelos y otra que sostiene que sólo fue uno, pero que se le aplicaron cambios profundos. Diseñado en las instalaciones de La Sagrera, el elemento más característico de esta berlineta era la forma telescópica de su luna trasera, la cual contrastaba con las líneas suaves y delicadas de su carrocería de aluminio. Los escapes colocados a ambos lados del coche reforzaban su imagen viril y de automóvil de altas prestaciones. 

Reseñar también el detalle de sus cuatro ruedas semicarenadas, una solución muy influenciada por las corrientes del diseño de la época, que se inspiraba en la ciencia ficción cinematográfica y en el trabajo de diseñadores como Tremoulis o Scaglione. El Cúpula guardaba también alguna similitudes estilísticas con otros dos Pegasos coetáneos, el Thrill de Touring y el Bisiluro. 

 Su primera aparición en público fue en el Salón del Automóvil de Paris de 1952 y poco tiempo después Harold Radford, con licencia para distribuir Pegaso en el Reino Unido, lo expuso en su stand en el Earls Court de Londres. Meses más tarde se expuso en los salones de Nueva York y Hartford un modelo similar, que recibió el exótico apelativo de 'Rosa de Té' debido al color amarillo-rojizo degradado que lucía. 

Se sostiene que era un coche diferente debido a detalles como el color del interior, los tiradores de las puertas y las entradas de aire. Realmente la confusión sobre el número de unidades construidas estriba en el número de bastidor, uno el 0120 y el otro el 0121. Hay quien sostiene que se hicieron dos unidades diferentes mientras que también se piensa que el coche pudo haber sufrido un accidente y por ello se decidió modificarlo, sea cual sea la teoría cierta, lo único que tenemos claro es que se trata de uno de los coches más excepcionales de su tiempo. 

Durante su periplo estadounidense, la unidad expuesta en los salones de Nueva York y Hartford, el 'Rosa de Té', fue adquirido por Rafael Leónidas Trujillo, dictador de la República Dominicana, que al igual que su compatriota diplomático y amigo Porfirio Rubirosa, era un gran admirador de las damas bellas y de los coches rápidos y exclusivos. Tras varios cambios de propietario y conversiones de carrocería, el 'Rosa de Té' recuperó su aspecto y hoy día es propiedad de la prestigiosa colección alemana 'Rossobianco'. 

Igual de curiosa y enigmática que la del coche real es la historia de esta miniatura. Según pude saber tras adquirirla en la madrileña tienda Bazar Matey, el modelo fue un encargo de una tienda de Bilbao, Daz Hoby, a un modelista privado para su venta y distribución exclusiva, pero parece ser que "un malentendido económico entre el modelista y la tienda" hizo que fuese distribuido por los cauces del comercio normal. La miniatura está realizada en resina y es de muy buena calidad. La formas de la carrocería parecen bastante correctas y el nivel de detallado es bastante bueno, mezclándose las piezas independientes con los adornos en fotograbado. El precio es también muy competente para tratarse de una miniatura en resina de un Pegaso, por lo que conviene, siempre que se pueda, hacerse con él.

domingo, diciembre 26, 2010

Alfa Romeo 33 Stradale de Minichamps










Alfa Romeo retiró su equipo de Fórmula 1 tras la temporada 1951, la segunda de dicho campeonato, tras ganar Nino Farina y Juan Manuel Fangio los títulos mundiales de 1950 y 1951. La marca entonces se centró en el desarrollo de sus coches de calle, aunque siguió participando en algunas competiciones.

La marca del Biscione afronta la década de los 60 con un nuevo optimismo y planea un regreso más serio a la competición, de este modo, en 1961 se crea la división Autodelta, centrada en el desarrollo de vehículos para carreras. Fue especialmente reseñable el éxito en la categoría Sport, gracias al Alfa Romeo Tipo 33.

En 1967 se presenta en el Salón de Turín un deportivo de calle basado en el 33/2 de carreras. Su adaptación consistió en una carrocería de aluminio, en sustitución de la fibra, se alargó la distancia entre ejes y se rebajó ligeramente la potencia del motor V8 de 2 litros de 270 a 230 cv. El interior no hacía concesiones al lujo, con lo que el peso del conjunto era de 700 kg, que garantizaban unas prestaciones de primera.

El motor, un V8 a 90 grados de lubricación por cárter seco y medidas muy compactas, rendía sus 230 cv de potencia máxima a 8.000 rpm, pero la línea roja la tenía en las 10.000. Iba acoplado a una caja de cambios manual Coloni de seis velocidades.

De una producción total de 18 unidades, 13 llegaron a clientes privados, uno se fue al museo de Alfa Romeo y el resto fueron chasis desnudos que fueron a parar a los estudios de diseño de Pininfarina, Bertone e Italdesign, que sirvieron como base para el desarrollo de los prototipos P33, Iguana y Carabo. Franco Scaglione fue el encargado de diseñar las carrocerías de los 13 modelos para clientes. Los chasis salían terminados de Autodelta para que Carrozeria Marazzi los terminase de ensamblar. Se trató de un trabajo tan artesanal, que no hubo dos unidades iguales, aunque las diferencias estaban en las rejillas de ventilación, los retrovisores, el color de las llantas, o las luces delanteras. Sus líneas voluptuosas coronadas por sus espectaculares puertas que se abrían al estilo "alas de mariposa" convirtieron al 33 en uno de los diseños más rompedores de los 60, de hecho, sus líneas siguen estando de actualidad, pues si nos quedamos mirando al actual Alfa 8C podemos encontrar muchos de los rasgos del 33. Con un precio de 17.000 dólares en su día frente a los 2.800 que costaba un coche medio, el 33 era un automóvil de lo más exclusivo.

No podíamos terminar el año 2010 sin incluir un Alfa Romeo en el blog precisamente el año en que la marca de Biscione celebra sus 100 años de vida. Y la miniatura que hoy presentamos es realmente especial. Realizada por Minichamps, este Alfa Romeo lleva ya descatalogado unos años y es una pieza especialmente cotizada, sólo basta con echar un vistazo a los pocos que suelen salir por eBay o en tiendas especializadas. Este modelo se presentaba en un estuche de cartón rojo con el logo clásico de Alfa. Otros Minichamps con esta misma presentación que hemos mostrado en este blog son el Delorean, el Mercedes C111, el Iso Grifo 7 Litri y el De Tomaso Mangusta. El acabado de la miniatura es superior al de la media de los Minichamps y destacamos la apertura del vano motor con una mecánica ultradetallada (sólo basta con echar un vistazo a los cables) o unos limpiaparabrisas hechos en material fotograbado, algo que sólo me hace pensar que Minichamps tocó techo con este modelo. En fin, que me alegra poder haber añadido finalmente a mi colección una miniatura que en su día perdí la ocasión de adquirir y que se me ha venido resistiendo.

domingo, diciembre 12, 2010

Jaguar XK 120 FHC de Spark








Finalizados los duros años de la posguerra, la llegada de los 50 trajo consigo un nuevo fenómeno de optimismo, el cual venía aparejado por un mayor deseo de vivir la vida intensamente y dejarse llevar por los placeres mundanos. El Motor Show de Londres de 1948, celebrado en Earls Court, fue el escaparate elegido por muchos fabricantes para dar a conocer nuevas propuestas para la nueva década. 

Y fue en este escenario de luces y glamour donde la estrella que con más fuerza brilló se encontraba en el stand de Jaguar. El Jaguar XK 120 fue el coche en el que firma de Coventry depositó todas sus esperanzas de éxito y expansión. Lo que más llamó la atención fue sin duda su estilo. El nuevo Jaguar lucía un diseño sencillo y limpio, pero a la vez era muy exótico y sensual, de hecho, hay quien ve en sus estilizados y curvilíneos laterales las curvas de una mujer. 

Debajo del capó se encontraba una segunda sorpresa, un motor totalmente nuevo, de seis cilindros en línea, 3,4 litros, dos carburadores SU y dos árboles de levas que podía rendir entre 160 y 180 cv de potencia. Ningún fabricante hasta entonces producía en serie un motor de doble árbol de levas. Este motor, denominado XK, se estuvo fabricando y equipó a modelos Jaguar hasta principios de los 90. El nombre del coche hace referencia a su velocidad máxima, ya que se decía que era capaz de alcanzar las 120 millas por hora (192 Km/H). 

No contentos, la gente de Jaguar realizó algunas pruebas en el circuito belga de Jabekke y las expectativas mejoraron, pues con un parabrisas de competición alcanzaba los 213 Km/H. Pronto alcanzó la fama de ser uno de los coches más rápidos del momento. En principio sólo se ofrecía con carrocería OTS (Open Two Seater) y luego llegaría el cabriolet DHC (Drop Head Coupé) y el cerrado FHC (Fixed Head Coupé). 

Como en un primer momento Sir Williams Lyons tenía la intención de venderlo de forma muy exclusiva, las primeras unidades disponían de un chasis de madera de abedul y carrocería de paneles de aluminio, no obstante la demanda hizo que se tuviera que acudir al acero. A partir de 1954, el XK 140, una versión mejorada, entró en juego, pero esa es ya otra historia. 

En resumen, no sólo era un coche precioso, con un motor fuera de serie y unas prestaciones de primer orden, sino que en comparación con sus rivales de otras marcas como Ferrari o Aston Martin, tenía un precio mucho más competitivo. 

Realmente tenía muchas ganas de tener un XK clásico con acabado de primer orden en mi colección y he de decir que la espera ha merecido la pena. Esta miniatura fabricada por Spark viene a confirmar lo que ya he dicho otras veces que he presentado clásicos británicos deportivos hechos por este fabricante, el trabajo ha sido soberbio. Las líneas del molde son perfectas, con la curvatura justa. El color es muy acertado aunque quizás hubiésemos preferido un tono más vistoso, aunque el gris hace muy buen contraste con el rojo del interior y el salpicadero de imitación madera. Elementos como la parrilla o los retrovisores son de un gran realismo. Ahora sólo nos queda que Spark nos sorprensa con un roadster y un cabrio como mínimo igual de bueno que éste.

Chevrolet Camaro 1967 de Minichamps






De la misma forma en que la Ford Motor Company revolucionó la automoción mundial con la invención de la producción en cadena, la firma de Detroit supo conquistar al gran público americano gracias al Ford Mustang y al concepto Pony Car, que básicamente consiste en ofrecer un coche de tamaño contenido y aspecto juvenil con un sinfín de opciones para su personalización de modo que dicho automóvil podía atraer a un amplio público con la posibilidad de elegirlo casi a la carta. 

El Mustang vio la luz en 1964 y el éxito fue inmediato, por lo que General Motors no quiso renunciar a su parte del pastel. En 1966 ya tenían el nombre, Camaro, vocable francés que significa 'camarada, colega', y en 1976 ya estaba en la calle. Basado en la plataforma del Nova, la primera generación del Camaro se ofrecía con dos carrocerías, coupé y convertible, tres niveles de equipamiento, RS, SS y Z28, 80 opciones, 40 accesorios y dos tipos de motores, de seis cilindros en línea y V8. 

Estéticamente era un coche de lineas simples y un marcado acento deportivo. El Camaro disponía de una extensa gama de propulsores según el paquete de equipamiento que el cliente solicitaba. La gama se iniciaba con el seis cilindros en línea de 3,8 litros y 140 cv, aunque la mayoría de compradores solía optar por el 5,7 litros o el 6,5 litros, ambos V8, con potencias entre los 300 y los 375 cv. Estas dos mecánicas se servían con los paquetes RS y SS. Ya con el paquete de opciones Z28 el Camaro estaba mucho más cerca de ser un Muscle Car. 

Equipado con un V8 del tipo bloque compacto de 4,9 litros que podía ser modificado hasta rendir 400 cv, este automóvil contaba con homologación para correr la Trans Am. Igualmente todas las opciones mecánicas podían combinarse con varios tipos de cajas de cambio, dos manuales, de tres y cuatro velocidades, y dos automáticas, de dos y tres. El summum de la gama Camaro lo constituyó el ZL1, un desarrollo especial para tomar parte en las carreras de la NHRA Super Stock, equipados con el V8 de 5,3 litros especialmente modificado para entregar 500 cv. Por si fuera poco y todavía quisiéramos un poco más, había especialistas externos como Yenko, con su famoso Camaro de 7,0 litros, el cual además de prestaciones ofrecía un plus de exclusividad. La producción de la primera generación del Camaro finalizó en 1969, aunque algunas de las últimas unidades se sirvieron ya en 1970 con la segunda generación ya a la venta. 

Después de un tiempo de espera Minichamps pone a la venta un nuevo auto americano y, sobre todo, es una alegría que no pertenezca al Grupo Ford. Este Camaro de 1967 es el segundo Chevrolet clásico que nos ofrece la marca alemana tras el Corvette Sting Ray. El modelo está muy bien ejecutado, me gustan sobre todos sus formas, que parecen bastante correctas. La combinación de colores es bastante clásica, blanca con las bandas gemelas negras e interior marrón. El contraste es bonito. Otro de los detalles más bonitos son las ruedas con la banda roja, todo un clásico de los deportivos del otro lado del charco. Quizás el punto más criticable, todo un clásico también de Minichamps, son los limpias hechos con un pegote de plástico en plena época de esfervescencia de las piezas de fotograbado.

Cadillac Eldorado Biarritz 1979 de American Excellence







Un eslogan publicitario de los años 50 vendía el Cadillac Eldorado diciendo que tenía "un motor tan grande como Texas y un capó tan largo como California". Un par de décadas más tarde no hubiese sido muy acertado volver a utilizarlo. Los años 80 trajeron consigo un más que notable cambio de mentalidad entre los fabricantes norteamericanos y la filosofía de "contra más grande mejor" ya no servía para vender coches a una población que durante la crisis del petroleo había descubierto lo práctico que era poseer un auto europeo o japonés. 

En 1978 el Cadillac Eldorado era un enorme y ostentoso cabriolet disponible con un motor V8 de 7,0 o de 8,2 litros. Un año después veía la luz un nuevo Eldorado, un sedán de dos puertas y tracción delantera que compartía su plataforma con el Buick Riviera y el Oldsmobile Toronado cuyo motor había disminuido su capacidad hasta los 5,7 litros. Opcionalmente en algunos estados se ofrecía un 6,0 litros. Pese a la notable reducción de tamaño, el Eldorado seguía ocupando el escalón medio de la gama Cadillac de los 80, ocupando el salto entre el Seville y el Fleetwood Brougham. 

Dado que era un coche destinado a una clientela pudiente, Cadillac mantuvo en el Eldorado algunos rasgos estilísticos muy barrocos, como la gran puerta con el cristal sin módulo, la ausencia de pilar B y un techo integrado por dos piezas que le conferían un estilo hardtop coupé, con una plancha de acero inoxidable y una semicubierta de vinilo. El parabrisas trasero era casi vertical. 

En 1981 se introduce un nuevo motor de 6,0 litros, el V8-6-4 de desplazamiento variable, el cual funcionaba con dos, cuatro, seis u ocho cilindros dependiendo de la potencia que el conductor demandase. La intención era buena, pero lo cierto es que su funcionamiento no fue el deseado. El motor en sí era muy robusto y fiable, pero no su electrónica. 

Tampoco fue exitosa la introducción en 1982 del nuevo motor de 4,1 litros HT de aluminio, tuviendo que ser reemplazado en muchos de los casos. No obstante, el Eldorado seguía siendo un coche de gran éxito entre el público. Otro fallo fue detectado en 1981, los coches se balanceaban demasiado provocando mucha inestabilidad a alta velocidad, encontrándose la solución en la instalación de una gran plancha de metal bajo el asiento del conductor. Los más cinéfilos recordarán cuando el actor Robert de Niro, en el papel del gángster Sam Rostein, salva su vida cuando le colocan una bomba en su Eldorado en la película Casino, de Martin Scorsese. Fue la famosa plancha de metal la que preservó su cuerpo de la explosión. 

En 1984 se introduce la opción de los instrumentos digitales para el velocímetro y el indicador de combustible y el ordenador de abordo. GM ya lo había empleado un año antes en el Corvette de Chevrolet. No fue hasta 1984 cuando Cadillac ofreció una versión descapotable del Eldorado Biarritz. Previamente, algunos usuarios transformaron los suyos llevándolos a carroceros como American Sunroof Corporation, Custom Coach y Hess & Eisenhardt. Estos artesanos también fueron especialistas en Riviera y Toronado. 

El Eldorado de 1979-1985 es un coche extremadamente popular en los Estados Unidos y ha tenido innumerables apariciones en el cine, casi siempre asociado a gángsters y malos de película. Aparte de su aparición estelar en Casino, destacamos también el remake que Dominic Sena hizo del clásico de los 70 'Gone in 60 seconds', protagonizada por Nicolas Cage y Angelina Jolie. El grupo de ladrones que protagoniza la película roba accidentalmente un Eldorado Biarritz idéntico a la miniatura que mostramos y las pasan canutas para ocultarlo a los audaces ojos del inspector Castlebeck (Delroy Lindo). 

La miniatura de American Excellence-Neo llevaba ya desde octubre anunciada y por fin, en vísperas de las fiestas navideñas nos ha llegado. El nivel de calidad es el habitual de este fabricante. El modelo está disponible en dos combinaciones de color, burdeos-blanco y dorado-beige. Aparte del bonito exterior, destacamos el interior con los asientos de capitoné y el salpicadero con todos sus detalles. Este año, un fabricante artesanal de miniaturas ruso ha sacado al mercado una excepcional réplica de este Cadillac, aunque considerablemente más cara. Con esta de Neo-American Excellence nos damos por satisfechos.