El Seat 600 ha pasado a la historia por ser el automóvil que motorizó a España. Por primera vez desde la oscura posguerra un automóvil llegó -relativamente- a las clases populares, lo que convirtió al entrañable "pelotilla" en todo un fenómeno sociológico. Sin embargo, mucho más trascendental desde un punto de vista estrictamente filosófico es la llegada al mercado español del Seat 850. El "ocho y medio" no era un sucesor del 600, que continuó vendiéndose hasta los primeros años de la década de los 70, sino más bien un complemento. Su presencia en el mercado nacional venía motivada directamente por la demanda de un automóvil superior al 600 -entiéndase el término 'superior' en su justo y adecuado contexto- por parte del público, lo que venía a corroborar que pese a la complicada situación política de España la mejora económica de la sociedad venía produciéndose. El automovilista medio español no estaba dispuesto ya a conformarse con un utilitario.
Las primeras unidades del nuevo Seat 850 salieron de la factoría de Barcelona en 1966, dos años después que el Fiat 850 en Italia. La empresa pública nacional con sede en la Zona Franca de la Ciudad Condal había invertido 500 millones de pesetas de las de entonces en este proyecto. Si bien en Italia se vendía con dos escalas de potencia, 34 y 37 cv, en España sólo se fabricó a priori la segunda. Pese a ser una berlina de tamaño pequeño, su tercer volumen trasero le confería un empaque diferente al 600. Su precio de más de 95.000 pesetas lo hacía muy competitivo frente a sus principales rivales de la escueta competencia que disponía, el Renault 8 de FASA, el Simca 1000 de Barreiros y el Dyane 6 de Citroen Hispania. Superaba los 122 Km/H de velocidad máxima y destacaba su maniobrabilidad, aunque como todos los coches de motor y tracción trasera pecaba de una gran inestabilidad a alta velocidad.
A partir de 1967 se desarrolla una variante de chasis largo con cuatro puertas, además de las versiones especiales Sport Coupé y Sport Spider. En 1968 se introduce el modelo Especial, que gracias a su carburador Bressel de doble cuerpo lograba extraer de su motor de 850 cc 10 cv más de potencia, llegando a los 47. También incorporaba frenos de disco, de ahí la adopción de un nuevo juego de llantas con orificios para su mejor ventilación. La vida comercial del 850 terminó en 1975 y fue sustituido por el 133 con carrocería de dos volúmenes. El especialista Juncosa realizó diversas versiones potenciadas del 850 con notable éxito en competiciones nacionales.
Un Seat 850 de color verde claro fue el cuarto coche de mi abuelo paterno Pepe Romero. Según me indicó mi padre fue un coche que dio bastantes problemas de fiabilidad por lo que estuvo poco tiempo en la familia, entre 1968 y 1969, siendo sustituido por un Seat 124 de la primera serie.
Un Seat 850 de color verde claro fue el cuarto coche de mi abuelo paterno Pepe Romero. Según me indicó mi padre fue un coche que dio bastantes problemas de fiabilidad por lo que estuvo poco tiempo en la familia, entre 1968 y 1969, siendo sustituido por un Seat 124 de la primera serie.
El excelente portal de internet dedicado al coleccionismo de coches en miniatura 'Gamas43.com' publicaba en enero de 2003 la noticia del lanzamiento por parte del fabricante de modelos a escala Solido de una nueva miniatura del Seat 850 basado en un molde inédito y que los coleccionistas españoles podrían adquirirlo como parte del coleccionable 'Coches Inolvidables' que editaba por entonces Salvat y que se vendía en los kioscos y tiendas de prensa y revistas. El modelo en cuestión es el que presento hoy en 'El Kekomóvil' y se corresponde con una réplica de un 850 Especial, fácilmente distinguible por el diseño de sus llantas o el típico junquillo que recorre sus flancos. Realmente la aparición de esta miniatura fue toda una sensación para los coleccionistas en plenos albores de una nueva etapa de este hobby, cuando los coleccionables de miniaturas vendidos en los kioscos lograron no ya sólo popularizar una afición aún entonces más minoritaria, sino, atraer nuevos coleccionistas. Por tanto, es justo que esta miniatura sea ponderada no sólo por sus características tangibles, sino por lo que llegó a suponer entonces. Valga por delante que su sencillez, aunque comparada con otros modelos de Solido esté un paso por delante. Sin duda lo mejor de todo es su excelente molde, de líneas y proporciones perfectas. Los únicos peros que le faltan para ser una miniatura aun mejor serían unos limpiaparabrisas en piezas independientes y no grabados, sin duda con este detalle la miniatura superaría de forma clara a la que de manera contemporánea lanzó Ixo para la editorial Altaya. Con todo, el 850 de Solido es una miniatura muy valorada por los coleccionistas españoles y dotada de un encanto especial.
2 comentarios:
Sí señor, aprecié mucho en su día (y lo sigo haciendo) este modelito por su finura. Fue uno de mis primeros 43´s y le tengo mucho cariño por partida doble. Sinceramente no me lo esperaba por aquí, pero veo que también aprecias las cosas humildes pero auténticas y bien hechas.
A partir de ahora lo valoraré más después de conocer su pequeña historia, gracias a tí.
Saludos!
Cada coleccionista tenemos nuestros gustos y orientamos nuestra colección según nos parece. Yo empecé con las miniaturas de coleccionables de kiosco hasta que poco a poco fue sustituyéndolas por otras de mayor calidad y que me llenaban y me satisfacían más como coleccionista. No obstante, hay miniaturas de estos coleccionables que decidí conservar pues les tengo un especial cariño y ésta es una de mis favoritas.
Saludos y gracias por la visita
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