Los años que siguieron al final de la II Guerra Mundial no fueron nada fáciles para Alemania y su otrora apabullante industria se vio muy afectada por las sanciones impuestas por la comunidad internacional al ser consideradas "colaboracionistas con las Potencias del Eje". Con grandes problemas económicos la Bayerische Motoren Werke (BMW) restableció su cuartel general en Munich con el objetivo de reiniciar su trabajo. La empresa que durante la contienda se convirtió en industria de guerra fue autorizada para la producción exclusiva de motos y coches. Dada la complicada situación económica de Alemania BMW optó en un primer momento por hacerse con la licencia para fabricar en suelo teutón el microcoche italiano Iso Isetta, que bajo la denominación BMW y dotado de un motor de la casa logró importantes beneficios con su venta y distribución en los países de la influencia alemana así como en Gran Bretaña. Ello contribuyó a paliar la difícil situación financiera de la compañía.
Pero los ejecutivos de BMW añoraban la actividad que siempre había distinguido a su empresa, la fabricación de automóviles de lujo y deportivos, labor que pudieron retomar gracias a la inyección de liquidez que las ventas del Isetta reportaban. El primer BMW nuevo tras la II Guerra Mundial fue la berlina 501 con motor de seis cilindros a la que poco después seguiría el 502, equipado ya con un nuevo motor V8. Ambos modelos, conocidos popularmente con el apodo de 'Barroque Angel' por las líneas de su carrocería, no tuvieron el éxito esperado al ser eclipsados por los más avanzados Mercedes 300, que aparte contaban con la poderosa y efectiva red de distribución de la marca de la estrella. Así pues, BMW se vio en un callejón sin salida.
La respuesta que BMW necesitaba vino de la mano de Max Hoffmann, un empresario de los Estados Unidos de orígenes alemanes dedicado a la distribución de coches europeos. Hoffmann recomendó a BMW la construcción de automóviles de índole más deportiva que los 'Barroque Angel' aun incluso cuando el carrocero alemán Baur había desarrollado versiones coupé y descubiertas de los mismos. Hoffmann sabía de qué hablaba, fue él quien recomendó a Mercedes la fabricación del 300 SL Roadster consciente del apabullante mercado que los autos deportivos europeos tenían en los Estados Unidos de la década de los 50. Igualmente, Hoffmann recomendó para dicha tarea a un joven diseñador, también alemán aunque afincado en los Estados Unidos, que se había formado a las órdenes de Raymond Loewy, jefe de diseño de Studebaker y uno de los grandes nombres del diseño automovilístico americano junto a gente como Harley Earl, Bill Mitchell o Virgil Exner, el conde Albrecht von Goertz.
Basándose en los chasis de los 501/502, a su vez derivados de los viejos 327/335 de antes de la II Guerra Mundial, el conde Goertz creó dos excepcionales vehículos que fueron mostrados al público en el Salón de Ginebra de 1955: uno, el legendario roadster 507; y el otro, un esbelto y elegante coupé de cinco plazas denominado 503. Su aspecto suponía un enorme contraste respecto al modelo del que derivaba, el 502. Goertz concibió un auto de aspecto menos barroco y recargado, de líneas rectas y limpias aunque con un frontal presidido por la típica parrilla de doble riñón, seña de identidad histórica de BMW. Bajo el capó latía una versión mejorada del motor V8 de aleación ligera preparada para rendir 140 cv de potencia, aunque durante los tres años que estuvo disponible la misma aumentó hasta los 150. La caja de cambios se situaba sobre la columna de la dirección.
Pese a su excelente aspecto y buena acogida pública, el BMW 503 era un automóvil muy caro y exclusivo y, al igual que les pasó a sus hermanos mayores, los 501 y 502, se encontraron una muy dura competencia en Mercedes e incluso con su hermano menor, el 507. Las 412 unidades fabricadas desde marzo de 1956 a mayo de 1959 atestiguan su fracaso, lo que llevó a BMW a empeorar su situación económica. En 1962 BMW retomó la idea de fabricar un gran coupé y vio la luz el 3200 CS, que no era más que un conjunto chasis-motor del 503 con una nueva carrocería de Bertone. Un BMW 503 de color oscuro con matrícula de Portugal coprotagonizó en 1971 junto a George C. Scott la película 'The last run', rodada en el país luso y cargada de trepidantes persecuciones. En una de ellas el 503 se mide contra todo un clásico español como es un Dodge Dart Barreiros. El 503 termina estampado contra un muro.
Esta miniatura está fabricada por Universal Hobbies en diecast y formaba parte del catálogo de miniaturas que se vendían a través de las boutique de los concesionarios BMW. Es una miniatura con un molde muy bueno que refleja con acierto las proporciones y formas de este esbelto automóvil. El detallado de la misma es correcto aunque no excesivamente refinado, aunque el conjunto final resulta muy atractivo. Los Universal Hobbies son miniaturas que habitualmente pueden encontrarse a un precio muy competitivo para la buena calidad que ofrecen, y esa es un gran ejemplo de ello.
2 comentarios:
Muy beuno este Bmw Keko esta de lujo
Saludos
Gracias Pau. Está muy bien. Es una pena que UH sea tan irregular en su producción y distribución pues si se lo montase mejor estarían al mismo nivel que Ixo y Minichamps, pues trabajar bien, trabajan, así queda demostrado. Según he leído por ahí esta miniatura se basa en un molde que UH compró a Detail Cars cuando esta quebró.
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