sábado, febrero 11, 2023

ACMA Vespa 400 de Altaya







La denominación Vespa se asocia de manera irremediable al mundo de las dos ruedas y es que la scooter creada en 1946 por la empresa Piaggio más que un mito de la industria del motor, es un icono de la cultura popular. Pero también hubo una Vespa de cuatro ruedas, un pequeño automóvil de vida efímera y azarosa, y éxito escaso. Aquí va un esbozo de su historia.

Los microcoches gozaron de un momento propicio en el mercado europeo en la década posterior al final de la II Guerra Mundial, no obstante, en 1956, cuando el entonces presidente de Egipto, Jamal Abdel Nasser, anunció de forma inesperada la nacionalización del Canal de Suez, el precio del petróleo en Europa sufrió un importante recorte de suministro debido al alineamiento de los estados árabes productores de crudo al lado de Egipto frente a la presión de Francia y Reino Unido. Por tanto, los microcoches que a priori se iban a ver afectados por los nuevos utilitarios como el Citroen 2CV, el Renault 4/4 CV o los Fiat 600 y 500, se beneficiarían de una pequeña prórroga en su vida útil por unos años más gracias a sus consumos más aquilatados.

En el contexto histórico expuesto, el Grupo Piaggio se planteó la posibilidad de construir y comercializar un pequeño automóvil. Pero dicho proyecto fue vetado en Italia por la todopoderosa Fiat, que rechazaba cualquier competencia de sus nuevos 600 y 500. Dado que la familia Agnelli son lo más parecido a una Casa Real en la Italia republicana y que Fiat era el principal proveedor de acero de Piaggio, la firma de Pontedera cedió a las presiones y trasladó el desarrollo de su proyecto automovilístico a Francia, concretamente a la empresa ACMA.

Ateliers de Construction de Motorcycles et Automobiles -ACMA- era una empresa de Fourchambault, en Nièvre, donde se ensamblaban los scooter Vespa de Piaggio para toda Francia. Con un volumen de fabricación mensual de 4.500 ejemplares, eran los claros dominadores del mercado de las motocicletas pequeñas muy por encima de su competencia. Contaba con fábricas en Troyes, Mulhouse y Saint-Quentin.  ACMA por tanto no sólo asumiría la fabricación del coche de Vespa, sino también su distribución. 

Denominado ACMA Vespa 400, se trataba de un pequeño automóvil de dos plazas y motor trasero con un bonito diseño obra del departamento liderado desde Italia por Carlo Carbonero. La empresa Facel-Metallon, constructor de los autos de lujo Facel Vega, se encargó de construir la carrocería autoportante, lo que para un coche sencillo suponía un extra de prestigio. Los primeros prototipos rodaron en invierno de 1956 por carreteras secundarias de Italia y de la región francesa de Morvan. La revista L´Auto Journal desveló al ACMA Vespa 400 en exclusiva con el titular "El nuevo 2CV francés: 5 litros a los 100 y 90 Km/H". Jean Gerbault, secretario general de ACMA organizó el 26 de septiembre la presentación del Vespa 400 en un evento por todo lo alto celebrado en Mónaco que contó con el apadrinamiento de tres grandes ases del volante del momento: Juan Manuel Fangio, Jean Behra y Louis Chiron.

El ACMA Vespa 400 equipaba un motor de dos cilindros en línea con 393 cc y 14 CV de potencia. La mecánica era de dos tiempos, quizás el talón de Aquiles de este tipo de coches, pero en la versión Luxe se ofrecía un mezclador semiautomático para el aceite. Pese a todo, el ACMA Vespa 400 se encontró con las mismas limitaciones y problemas que otros microcoches similares y finalmente los compradores potenciales optaban por un utilitario normal aunque fuera se segunda mano. En otoño de 1961 y ante una constante caída de las ventas en los sucesivos años que estuvo en el mercado (1958: 12310 unidades; 1959: 8.717; 1960: 7.177; 1961: 1.849), en ACMA acuerdan finalizar la producción del Vespa 400, cuya fábrica pasó en 1962 a manos de Simca para su división de camiones Unic. Y así terminó la trayectoria del único coche fabricado bajo la marca Vespa. 

Tal y como referí en la entrada dedicada al Velam Isetta, la colección 'Microcoches de Antaño' editada por Altaya viene cargada de agradables sorpresas y tras el bonito Velam llega como número dos del citado coleccionables un no menos simpático ACMA Vespa 400. Es una miniatura sencilla pero bien terminada y ejecutada. El nivel de detalle es aceptable aunque elementos como un gracioso baúl sobre la baca del maletero lo hacen muy simpático, y si lo ofrecen a un precio de 6,99 euros, es realmente irresistible. Habrá que seguir atentos a este coleccionable.

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