Todo el mundo esperaba con impaciencia conocer el nuevo modelo de la firma española Hispano Suiza en el bullicioso Salón del Automóvil de París de 1919, el primero tras el fin de la Gran Guerra. No era para menos, y es que Hispano Suiza realizó una importante contribución a la contienda, especialmente al bando aliado motorizando los aviones caza SPAD como el del as francés George Guynemer, el gran héroe de la aviación de la I Guerra Mundial.
Denominado H6, el nuevo coche de Hispano Suiza era toda una declaración de intenciones. Marc Birkigt, uno de los fundadores de la marca, máximo responsable técnico de la misma y quien lideraba su división francesa era el artífice de una máquina sin precedentes. La calidad de su chasis de acero prensado y un motor potente y fiable hacían del H6 uno de los automóviles más peculiares de su tiempo: aparte de un auto de lujo y representación podía usarse perfectamente como coche de carreras y competición. Su ingenioso e innovador sistema de servoasistencia en la frenada en las cuatro ruedas fue adoptado incluso por su gran rival, Rolls Royce.
El motor era un seis cilindros en línea desarrollado a partir de las unidades que Marc Birkigt había empleado en la división aeronáutica. Tenía 6.6 litros de cilindrada y 140 CV de potencia que lo hacían capaz de circular en carreteras en buen estado a 140 Km/H, siendo los coches más rápidos de su tiempo.
Los ejemplares fabricados a partir de 1922 se denominarían H6B. Otros derivados fueron el H6C, de 1924 y el Boulogne con motor 8.0 litros. La gran mayoría de los H6 fueron fabricados en la fábrica francesa de Bois-Colombes, aunque las primeras unidades salieron del complejo industrial de La Sagrera en Barcelona. Skoda en la República Checa también fabricó 100 H6 bajo licencia.
Hispano Suiza sólo fabricaba del H6 el chasis, la transmisión y el motor, mientras que la carrocería era el propietario del coche quien la encargaba a su gusto. Hubo muchos carroceros que realizaron preciosas creaciones sobre chasis Hispano Suiza, entre ellos la firma francesa Million-Guiet, autora del automóvil del que es objeto esta entrada.
Million-Guiet fue una empresa fundada a principios del siglo XX en Francia, concretamente Levallois-Perret. Se hizo muy popular por su trabajo con el aluminio, además de la adopción de las carrocerías tipo Weymann y las patentes de Jean Antoine Augustine de Vizcaya. Tras la II Guerra Mundial el mercado de los carrozados especiales menguó de manera considerable, y el destino de muchas de estas empresas fue dispar. En el caso de Million-Guiet, diversificó su negocio a la producción de carrocerías y componentes para autobuses.
Algunas de las más bonitas creaciones sobre chasis Hispano Suiza fueron obra de Million Guiet, como es el caso del coche que nos ocupa. Pintado en un elegante y sutil azul claro con algunos detalles en azul más oscuro, este Dual-Cowl Phaeton -faetón de doble parabrisas-, fue vendido en 1924 a la actriz a Norma Talmadge, una popular estrella del cine americano de los años 20, cuñada del también actor Buster Keaton, el gran icono del cine mudo. A día de hoy este coche forma parte de la colección privada del Museo Lowmann de La Haya Holanda.
La firma holandesa Matrix Scale Models cuenta en su catálogo con una serie dedicada a los coches del Museo Lowmann y una de sus últimas creaciones es el popular Hispano Suiza Million-Guite de Norma Talmadge. Realizado en resina, de entre todos los modelos de esta firma que guardo en mi colección me resulta una de sus reproducciones más cuidadas y mejor realizadas, con muchas piezas independientes realizadas en metal fotograbado que le otorgan un gran realismo. Es sí, es una miniatura no apta para esos coleccionistas que gustan de "jugar" con sus piezas, siendo su destino ideal o preservarse en un caja original o colocarla en la vitrina y disfrutar de ella con un cristal de por medio. Una miniatura de matrícula de honor ideal para coleccionistas españoles y con la que Matrix Scale Models sigue marcando la diferencia con sus competidores.
3 comentarios:
Una belleza, un coche majestuoso y una miniatura que está a la altura, que linda queda en ese tono.
hermosa pieza.
saludos!
Preciosa miniatura amigo Keko, tu siempre aciertas en tus elecciones y esta es una suprema, el color es una pasada, y me gustaria poder imaginarlo en su época deslumbrando a todo el mundo al verlo pasar...
Un abrazo!
Gracias Conry. La miniatura trae un libreto con fotos del coche real y una breve historia. Algún día me gustaría ir al Museo Lowmann a verlo en realidad
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