La aventura automovilística de Peter Monteverdi, porque realmente no se puede denominar de otro modo la incursión del empresario suizo en el mundo de las cuatro ruedas, discurrió por tres derroteros diferentes. El más popular y conocido de todos fue el que le llevó a la construcción de los deportivos de la serie High Speed. Con una atractiva mezcla de diseño italiano y potentes motores Chrysler V8, los Monteverdi High Speed gozaron de cierto éxito entre quienes buscaban lo más exótico y exclusivo, pero al igual que otros coches similares se dieron de bruces contra la Crisis del Petróleo de 1973 y ello llevó a Peter Monteverdi a diversificar la actividad de su empresa.
A principios de los 70 irrumpe en el mercado el novedoso Range Rover, un 4x4 con los refinamientos de una berlina de lujo y la habitabilidad de un coche familiar, haciendo desembarcar en Europa la filosofía SUV que desde décadas antes triunfaba en los Estados Unidos con vehículos como el Jeep Wagoneer o el Chevrolet Suburban. Peter Monteverdi se lanzó a por un nuevo nicho de mercado con el que proseguir la actividad de su empresa: el aún virgen e inexplorado territorio de los SUV en Europa.
La propuesta de un SUV de lujo de Peter Monteverdi fue presentada en 1976 bajo la denominación Safari. El magnate suizo había establecido a lo largo de su trayectoria empresarial buenas relaciones con muchos fabricantes y para este nuevo proyecto obtuvo la colaboración de International Harvester, de modo que el Monteverdi Safari se basaba en un chasis de un International Harvester Scout. La carrocería fue realizada por Fissore, firma carrocera de Turín con la que Monteverdi mantenía una dilatada relación. Como en otros modelos de la marca, el Monteverdi Safari empleaba muchas piezas y elementos de la gran serie. El frontal era de Fiat, el cuadro de mandos y el salpicadero del BMW Serie 02 y los faros traseros del Peugeot 504 Break.
Con un precio de 39.000 francos suizos, 5.000 más que un Range Rover, el Monteverdi Safari era un automóvil muy exclusivo y vendido casi por encargo riguroso. Sus propietario podían elegir entre tres opciones mecánicas. La versión de acceso era un Chrysler 5.2 litros V8 de 152 CV, con el que el Safari podía alcanzar 165 Km/H, velocidad muy alta para un vehículo de su tipología. Un segundo V8, esta vez firmado por International Harvester, de 5.7 litros y 165 CV era la opción intermedia, mientras que los más exigentes podían recurrir al viejo Chrysler Magnum de 7.2 litros con 305 CV de potencia y 200 Km/H de velocidad máxima. Todos los motores llevaban cambio automático Chrysler Torqueflite. La tracción 4x4 no era permanente.
El Monteverdi Safari sólo se vendió con carrocería hatchback de dos puertas. Sólo se construyo una versión de cuatro puertas, la cual se encuentra a día de hoy en el museo de la marca en Binningen. En 1980 la propia Land Rover encargó a Peter Monteverdi la construccion de carrocerías de cuatro puertas para el Range Rover hasta que en 1981 la propia Land Rover introdujo su propia versión oficial en el mercado. Paralelamente al Safari, Monteverdi ofreció otro 4x4 denominado Sahara, que era realmente un International Harvester Scout con una serie de aditamentos estéticos disponible bien con motor V8 o diésel de origen Nissan. La producción de los Safari y Sahara cesó en 1982 cuando también dejó de fabricarse en International Harvester Scout del que derivaban.
La miniatura protagonista de esta entrada está realizada por Neo Scale Models y es una referencia que data de principios de la década de los 2010. En esa época Neo pasó a estar controlada por el Modelcar Group alemán y del Monteverdi Safari se realizaron varias referencias: rojo, amarillo, gris plata, negro y ésta en verde. Como todos los Neo, el modelo a escala está realizado en resina y goza de un acabado de muy buena calidad, sobre todo los de la primera época. Las formas y proporciones parecen correctas. Llevo tiempo queriendo añadir el Monteverdi Safari a la colección pero lo cierto es que ya no era muy fácil de encontrar, aunque finalmente he podido conseguirlo en un evento de clásicos que visité en Málaga en fechas recientes y lo conseguí a un precio muy razonable al provenir de la venta de una colección privada. Con esta miniatura, casi que puedo dar por concluida mi pequeña subcolección dedicada a Monteverdi.
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