Citroen se hizo con el control de Maserati en 1968 en una operación que fue vendida al gran público como una suerte de 'joint venture', o sea, ambas marcas se beneficiarían de una transferencia tecnológica mutua. Era la primera vez que un fabricante generalista de automóviles asumía el control de un pequeño productor de deportivos elitistas . Unos años antes, Ford trató de comprar Ferrari, pero todos conocemos bien cómo terminó ese episodio de la historia del automovilismo y todo lo que se desencadenó al respecto. Paradógicamente, Ferrari terminó bajo la propiedad del grupo Fiat en 1969.
El primer paso de Citroen como propietaria de Maserati fue encomendar a la segunda el desarrollo y la fabricación de un nuevo motor que emplearía en un nuevo coche que en principio tenía como misión sustituir al icónico DS, hablamos por supuesto del no menos legendario SM. Dicha mecánica fue un seis cilindros en V derivado directamente del V8 de la firma del tridente.
De todos los coches que Maserati ha fabricado a lo largo de su historia, el Quattroporte es el más longevo. La primera generación estuvo en el mercado entre 1963 y 1969. El Quattroporte tenía el aspecto de una gran berlina de representación, tal y como su nombre indica, pero su bastidor y órganos mecánicos provienen de los autos deportivos de Maserati, lo que lo convierten en la berlina deportiva de referencia . El denominado Quattroporte I o Tipo AM107 contaba con una carrocería diseñada por Pietro Frua y un motor V8. Al término de su producción, fue el propio Pietro Frua quien tomó la iniciativa de desarrollar una segunda generación empleando básicamente la misma fórmula, pero el coche en cuestión, denominado internamente Tipo 107/49, no pasó de la fase de prototipo, pues al ser presentado, Maserati, ya bajo el control de Citroen, lo rechazó argumentando que la nueva generación del Quattroporte debía incorporar tecnología Citroen.
El Maserati Quattroporte II o Tipo AM123 fue presentado en sociedad en el Salón del Automóvil de París de octubre de 1974, tras una fugaz aparición previa en el Salón de Turín. Si bien, todos los modelos de Maserati de la época Citroen destacaron por su carácter innovador, el Quattroporte II fue el más Citroen de todos los Maserati de su tiempo.
Fue construido sobre un chasis alargado de un Citroen SM, del que heredaba también su tren rodante, siendo el único Maserati de tracción delantera jamás construido. Su carrocería, al más puro estilo de los años 70, de líneas rectas, amplios ventanales y largos voladizos delante y detrás, fue obra de Marcello Gandini, entonces enrolado en las filas de Carrozeria Bertone. Autor del diseño de coches como el Lamborghini Miura, el Lancia Stratos o el Lamborghini Countach, el Quattroporte II no se considera de los mejores trabajos de Gandini. Estéticamente tiene mucha semejanza con coches como los Fiat 130 y 132, así como con el BMW Serie 5 E12. Algunos de sus recursos estéticos, como los tres limpiaparabrisas o los grupos ópticos triples tras una pantalla de plexiglás reflejaban exteriormente la parte Citroen de su ADN.
En el capítulo mecánico, el Quattroporte de segunda generación montaba el mismo motor V6 que su hermano el Citroen SM, en este caso la versión de 3.000 cc pero con 210 CV. He aquí uno de los talones de Aquiles del nuevo buque insignia de Maserati, un motor al que le costaba mover las casi dos toneladas de peso del coche y lo dejaba en plena situación de inferioridad frente a sus rivales naturales, como el Jaguar XJ o el Rolls Royce Silver Shadow. De hecho, coches más económicos como el Mercedes 280 SE o el BMW 2800 superaban sus pobres prestaciones.
Tratando de construir un super coche, Citroen dotó a su Maserati Quattroporte de la misma suspensión hidroneumática que sus DS-SM, además de un complejo sistema electrónico que incluía un cuadro de instrumentos digital, soluciones que se vieron afectadas por una paupérrima fiabilidad, lo que unido a la tracción delantera y a un motor realmente falto de potencia dio como resultado un automóvil que parecía que llamaba de forma insistente a las puertas del fracaso. Encima, a finales de 1974 Citroen entra en una durísima crisis económica que terminó un año después con Peugeot, su gran rival histórico, como nuevo dueño de la compañía. ¿Y cuál fue una de las primeras acciones de los nuevos dueños con Maserati? Sí, venderla. Por supuesto, todo esto se produce en el contexto de la Crisis del Petróleo. Un último intento de dotar al Quattroporte II de un nuevo motor V8 de 260 CV para tratar hacerlo más atractivo a la clientela tradicional de Maserati resultó infructuoso.
Apenas 13 Maserati Quattroporte II fueron construidos y todos ellos se vendieron a propietarios de Oriente Medio y, sí están leyendo bien, España, pues la autoridad competente para la homologación de automóviles no permitió su venta en Europa debido a sus pobres estándares de calidad. La nueva generación del Maserati Quattroporte, el III, vería la luz en 1979, ya con la empresa bajo la tutela del industrial italoargentino Alejandro de Tomaso, pero ésa es ya otra historia.
Siempre es una satisfacción en el este blog incluir una miniatura de un nuevo fabricante, sobre todo si se trata de una buena miniatura, y en este caso así es. El nuevo fabricante de miniaturas al que 'El Kekomóvil' da la bienvenida es BoS Models, acrónimo de Best of Show. Es un productor alemán de coches a diversas escalas en resina que pertenece al Modelcar Group, empresa propietaria de otras firmas como Neo Scale Models o Premium Classixxs. En el caso que nos ocupa, el Maserati Quattroporte II es una miniatura que a día de hoy sólo ofrece BoS Models en escala 1/43. Cuenta con un molde de formas y proporciones correctas y un excelente nivel de detalle, donde se emplean muchas piezas independientes realizadas en metal fotograbado. También el interior está muy bien realizado, con todos sus elementos reproducidos con gran realismo. A todo ello añadimos que se trata de un fabricante más económico que el resto de los que producen miniaturas en resina, por lo que estamos ante una reproducción redonda en todos los aspectos, que sin ser perfecta, seguro que no le falta a ningún coleccionista de Maserati que se precie.
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