La berlina de cuatro puertas más rápida y exclusiva que en 1971 el dinero podía comprar no se fabricaba ni en Inglaterra ni en Italia, tampoco en Francia ni mucho menos en Alemania. Había que dirigirse para adquirirla nada más y nada menos que a Suiza, a la pequeña localidad de Binningen, en la zona de sur de la ciudad de Basilea.
A los 17 años, el suizo Peter Monteverdi ya corría con sus propios autos de carrera, unos pequeños monoplazas denominados MBM -Monteverdi Binningen Motos- bien equipados con motor Porsche u Osca. Tras un severo accidente a bordo de uno de sus coches, el suizo se centró en su lucrativo negocio de distribución de automóviles, pues representaba en su país a marcas como Lancia, Ferrari, BMW y Rolls Royce. Tras un desencuentro con Enzo Ferrari, Peter Monteverdi decidió aplicarse el mantra que él mismo predicaba en cuanto a los automóviles, "si no existe nada lo suficientemente bueno, fabrícatelo tú mismo", y así lo hizo.
En 1967 Peter Monteverdi funda su propia marca de vehículos de turismo y al hacerlo sitúa de forma automática a su país, Suiza, en el mapa de los fabricantes de automóviles por primera vez en su historia. El primer vehículo que salió de su línea de producción fue el 375 S, un atractivo GT con una sensual carrocería obra del italiano Frua y equipado con el poderoso motor Chrysler Magnum V8, imitando así una fórmula muy habitual entre los pequeños fabricantes de autos deportivos de entonces y que en aquellos años daría lugar a los denominados 'Hybrid Cars', coches europeos con motores americanos.
El 375 S debutó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1967 y en dos años se fabricaron en torno a una decena de ejemplares, toda vez que se trataba de un automóvil muy exclusivo y costoso. En 1969 Peter Monteverdi decide incluir en su catálogo una nueva versión con cuatro plazas, el 375 L, pero un desencuentro con Pietro Frua dan al traste a priori con los planes del empresario suizo. Finalmente, Monteverdi contacta con la compañía Carrozeria Fissore, con sede en Savigliano, con la que llega a un acuerdo para producir el 375 L, desapareciendo el 375 S del catálogo. La gente de Fissore se limitó a rediseñar el proyecto de Frua, al que básicamente se le sustituyó el frontal original por uno de grupos ópticos dobles.
En 1971, Peter Monteverdi encarga a la gente de Fissore la construcción de una versión de cuatro puertas del 375 L, que se denominaría 375/4. Mucho más exclusivo y exótico que su hermano de dos puertas, el 375/4 era un auto dirigido a esos potenciales compradores para los que un Maserati Quattroporte, un Rolls Royce Silver Shadow o un Bentley T eran demasiado vulgares.
Sus líneas bajas, rectas y agresivas, con dos grandes voladizos delantero y trasero, y su espectacular batalla -distancia entre ruedas-, no dejaban impasible a nadie, generando sentimientos muy encontrados, o bien encanta o bien no gusta nada. El 375/4 iba equipado con la versión más grande del motor Chrysler que empleaba Monteverdi, el 7.2 litros con la potencia limitada a 335 CV -en el 375 L algunas unidades superaban los 400 CV-, aparejado a una caja de cambios automática de tres velocidades. El interior incluía todo el lujo que entonces se podía concebir para un coche, tapicería de cuero de la mejor calidad, maderas nobles para los ornamentos, sistema de climatización, elevalunas y regulación de los asientos eléctricos y en algunos casos una TV colocada en la parte central de las plazas traseras.
Peter Monteverdi ofreció su coche a las autoridades suizas para su adopción como vehículo oficial, pero el Gobierno de entonces no lo aceptó y decidió seguir con los Cadillacs de los que disfrutaba fruto de su acuerdo con la General Motors, aunque algunas embajadas extranjeras, como la de Melbourne en Australia, sí lo adoptaron aunque de forma muy excepcional. Y es que el 375/4 era sin duda la berlina más costosa de su tiempo, a lo que había que añadirle que era un incansable devorador de gasolina. En torno a los 28 o 30 coches se fabricaron y siete de ellos fueron a parar a la región del Golfo Pérsico, de los que cinco pasaron a prestar servicio a la familia real de Qatar.
El 375/4 fue sin duda el automóvil más peculiar que Peter Monteverdi construyó. Posteriormente volvió a realizar otras dos berlinas, el Sierra y el Tiara, éste último no siendo más que un Mercedes Clase S modificado estéticamente, aunque ninguno de los dos tuvo el empaque del 375/4.
De la mano del fabricante italiano de modelos a escala Kess Model presento hoy en el blog esta espléndida e inédita reproducción de un Monteverdi 375/4. La miniatura está realizada en resina y cuenta con un acabado de gran calidad, con un molde correcto y proporcionado y la típica ornamentación con muchos fotograbados de los modelos de este tipo. Pareciéndome una miniatura super interesante y muy bien resuelta, sí me gustaría remarcar que el precio que actualmente se pide por los Kess me resulta un poco más alto que su calidad y una rebaja de 15 o 20 euros no vendría nada mal y es posible que atraería a más compradores. Esto lo digo después de añadir dos modelos de esta casa a mi colección. Lo dejo caer a ver si algún responsable de la marca italiana le da por leer el blog. Eso sí, la miniatura la volvería a comprar al precio que me pidieron. Kess Model ha presentado un más que interesante plan de producción para este año durante la Feria del Juguete de Nuremberg y seguramente, pese a mis "quejas" sobre sus precios, podrán ver desfilar más modelos de Kess por el blog. En el caso de este Monteverdi, y tal como atestiguan las dos últimas imágenes, es el complemente perfecto a los modelos de la marca suiza que ofrece en su catálogo tanto Neo como Matrix.
Dos maravillas las que nos has mostrado Keko tanto este Monteverdi como el anterior junto con la foto de familia que sabes bien que son la debilidad de mas de uno.
ResponderEliminarEnhorabuena por ellos.
Saludos