El destino quiso que los hermanos Fred y August Duesenberg se dedicaran a la fabricación de coches. Desde una temprana edad, cuando junto a su madre viuda emigraron de su Alemania natal a la granja de su tío en Iowa, los hermanos estuvieron en estrecho contacto con las máquinas que entonces se empleaban para la labor agrícola. Fred fundó un taller para la reparación y fabricación de bicicletas cuando tenía 20 años. Pese a ser un ingeniero autodidacta, su talento le empezó a hacer famoso. En 1902 vendió su taller y comenzó a trabajar para el fabricante de los automóviles Rambler, Thomas B. Jeffrey. Pero el sueño de Fred era construir su propio coche, propósito que logró en 1905 gracias al mecenazgo de un abogado, naciendo así el primer coche fabricado por Fred Duesenberg, el Mason de dos cilindros, denominado así por su socio capitalista. El paso siguiente serían las carreras y Fred comenzó a competir al volante de su Mason.
La actividad de los hermanos Duesenberg era frenética y en 1913 fundan su propia fábrica de automóviles en St Paul, Minnesota, especializada en autos de competición. La oportunidad de negocio que en 1917 les dio la entrada de los Estados Unidos en la I Guerra Mundial les llevó a trasladarse a Nueva Jersey donde en una nueva factoría producirían motores de barcos y aviones. Participaron también en la producción del popular motor de aviación Liberty, más tarde fabricado por Packard. Terminada la contienda los Duesenberg volvieron a centrarse en su cometido de fabricar coches de carreras, asociados esta vez a la legendaria prueba de las 500 Millas de Indianápolis, trasladando su fábrica a esta localidad.
El primer Duesenberg, el Model A, sale al mercado en 1920. Era un coche muy lujoso con motor de ocho cilindros en línea. Fueron años especialmente duros para la compañía que a la par de mantener su posición en el mercado seguía compitiendo y ganando al más alto nivel. El financiero Erret Loban Cord, un acaudalado e inquieto hombre de negocios con altos intereses en la industria del transporte que años antes había salvado de la quiebra a la firma Auburn, adquiere Duesenberg el 26 de octubre de 1926. Cord, al igual que su coetáneo Ettore Bugatti, quería construir un automóvil de gran lujo capaz de deslumbrar al mundo entero. Consciente del talento de los hermanos Duesenberg adquirió a estos la empresa pero los mantuvo en sus cargos. Fred y August se entusiasmaron con el proyecto de Cord, que les dio carta blanca.
El Salón del Automóvil de Nueva York, celebrado en diciembre de 1928, fue el escenario elegido para la presentación del 'super coche' que los hermanos Duesenberg construyeron para Cord. El auto llamó la atención por su colosal motor de ocho cilindros en línea que equipaba (medía 1,2 metros). La pieza de ingeniería estaba fabricada por la empresa aeronáutica Lycoming, propiedad de Cord, y cubicaba 6,9 litros, que oportunamente afinada por los hermanos Duesenberg erogaba 265 cv, siendo el coche fabricado más potente del momento. El coche se entregaba como conjunto chasis-motor-transmisión y era el propietario quien encomendaba la fabricación de la carrocería a su gusto. Murphy, Rollston, Brunn, Gurney Nutting o Derham fueron algunos de los artesanas que tuvieron el honor de vestir al Duesenberg J. La construcción del chasis la dirigió el ingeniero Gordon Buehrig, uno de los nombres con mayúsculas de la automoción americana.
El modelo que nos ocupa es la referencia J-444 con carrocería turismo realizada por Derham encargado por el actor y comediante Joe E. Brown, autor de la célebre frase "Bueno, nadie es perfecto" en la comedia de Billy Wilder 'Con faldas y a lo loco'. Su siguiente propietario fue el industrial aeronáutico y productor cinematográfico Howard Hughes, amante de los autos potentes y exclusivos. Otis Chandler, la Colección Jonh McMullen y John O´Quinn fueron sus siguientes propietarios. En 2007 RM Auctions lo subastó por 1,35 millones dólares.
Y es que el Duesenberg J, apodado como 'King of classics', se le reconoce también el título de 'Car of the stars', pues gente de la talla de Mae West, Cary Grant, Gary Cooper p Clark Gable se cuentan entre sus afortunados propietarios, además de los empresarios J. Paul Getty y William Randolph Hearst o personajes de la realeza europea como la reina María de Yugoslavia, el príncipe Nicolás de Rumanía y el rey Alfonso XIII, gran aficionado y autoridad del automovilismo. Fue precisamente en su Duesenberg donde realizó el viaje de Madrid a Cartagena para partir a su exilio en Italia tras la proclamación de la II República Española.
El protagonista de esta entrada es sin duda alguna una de esas miniaturas que brilla con luz propia en la vitrina. Se trata del Duesenberg J Tourster Derham de Neo Scale Models, una miniatura que destaca por su fino y minucioso acabado, donde proliferan los ornamentos realizados en piezas independientes y la profusión de uso de metal fotograbado, recurso que otorga un gran realismo a las miniaturas. En definitiva, uno de esos modelos que engrandecen la calidad de una colección.
ResponderEliminarWow, this is dream model! Duesenberg is unqualified of my favorite brands. It's hard to make this a perfect model, the company NEO did it. And thanks to you for the history of the owners of this beautiful car.
Nice to see you Golfman!! Thanks for your visit & comment. This is a state-of-the art model and would find place perfectly in your collection.
ResponderEliminarRegards