El nuevo buque insignia de Fiat aterrizó en el mercado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1969 para sustituir al viejo 2300. Con respecto a éste, las diferencias eran significativas. En el plano estético, el 130 era más grande y su estilo plano y rectilíneo al más puro estilo de los años 70, le otorgaban la modernidad que el recargado 2300 ya no poseía. Tenía una concepción mucho más ambiciosa que su antecesor y su condición de auto de gama alta estaba mucho más presente. Desde Turín esperaban de él que fuese una alternativa real a modelos como el Opel Diplomat o incluso el Mercedes 280.
Uno de sus principales incentivos estaba bajo el capó, pues su nuevo motor V6, obra del prestigioso ingeniero Aurelio Lampredi, equipaba la culata proveniente de los motores Dino desarrollados tras la colaboración de Fiat con Ferrari. La mecánica del 130 cubicaba 2.8 litros y erogaba 140 CV de potencia. Pese al evidente pedigree del motor el elevado peso de la nueva gran berlina de Fiat no permitía prestaciones brillantes. Ello fue solucionado un año después cuando se introduce una nueva versión del V6, en este caso de 3.2 litros y 165 CV, versión que además podía combinarse con una caja de cambios automática, más propia para un auto del empaque y características del 130.
Pese a la innegable calidad del producto ofrecido, Fiat no lograba buenas ventas con la berlina 130 salvo en Italia, es por eso que un año después, en 1971, introduce en la gama una atractiva versión con carrocería coupé obra de Pininfarina. Tenía un diseño muy elegante y atractivo de líneas rectas y ángulos muy pronunciados, con cierta inspiración americana, de hecho, su filosofía se acercaba más a la de los denominados 'Personal Car' del otro lado del Atlántico, como el Lincoln Continental o el Buick Riviera, que a la de los coupés europeos de vocación más deportiva. Detrás de sus líneas estaba Paolo Martin, el cual dejó una impronta similar en coches como el Rolls Royce Camargue o el 412 de Ferrari.
El 130 fue el último coche del segmento premium que fabricó Fiat, que como productor generalista vio que no podía competir con las todopoderosas firmas alemanas especializadas en este tipo de coches, por lo que el 130 culminó su trayectoria en 1977 con 15.093 unidades fabricadas, 4.294 correspondían al Coupé. La Berlina finalizó su producción en 1976. Sólo se fabricó un 130 con carrocería familiar, que fue encargado al especialista Castagna por la familia Agnelli para su patriarca, Gianni. tenía los flancos laterales con planchas de madera al estilo de los familiares americanos tipo 'Woody'.
De la mano del fabricante con sede en Nuremberg Starline Models nos llegan dos excelentes réplicas del Fiat 130, tanto en versión Berlina como en Coupé. Pese a que la marca Starline se suele mover en el sector más económico del 1/43, los acabados de sus piezas son sobresalientes, con buenos moldes, exteriores e interiores muy bien decorados y gran profusión de detalles, que si bien su ejecución no llega al sibaritismo de un Minichamps o un Auto Art, nada tienen que envidiar a estas marcas y sí pone en un verdadero entredicho a otras marcas con precios más elevados, valga de caso de Norev o Vitesse, que en muchas ocasiones no llegan al estándar de calidad de la joven marca alemana de autos de modelo italianos. Vuelvo a resaltar otra gran virtud de este fabricante, la posibilidad de elegir el color que más nos convenga desde el lanzamiento de la miniatura.
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