Ferrari cumplió en 1960 13 años como fabricante de automóviles y pese a que aún la firma de Maranello se encontraba en la flor de su juventud había adquirido una madurez evidente. Ferrari comenzó fabricando coches de carreras. A posteriori llegarían los coches de carrera que también podían circular por carretera. Luego, los coches de carretera que podían participar en competiciones. El siguiente paso lógico en su trayectoria fueron los turismos, o sea, automóviles exclusivamente concebidos para la carretera. Por consiguiente, quedaba por hacerse la pregunta si era factible para Ferrari fabricar un automóvil familiar... o por lo menos con cuatro auténticas plazas.
Antes de 1960, Ferrari ya había fabricado coches con cuatro asientos, pero en ningún caso los traseros tenían una utilización real. Teniendo en cuenta que algunos de esos clientes que compraron los primeros coches de calle de Ferrari ya habían formado sus familias, en Maranello se planteaban por qué no ofrecerles un nuevo Ferrari con más espacio. De hecho, ya algunos competidores directos de Ferrari venían ofreciendo deportivos de cuatro plazas. La conclusión fue positiva porque tanto la marca como su público eran ya lo suficientemente maduros para recibir al primer Ferrari con espacio para cuatro ocupantes.
Desde la misma génesis del proyecto, se tenía muy claro que este nuevo coche sería parte de la familia 250. El equipo técnico estimó que la distancia de ejes del 250 TDF sería suficiente como punto de partida. para favorecer el espacio interior, el motor fue desplazado 200 milímetros hacia delante sobre un chasis 250 GT estándar de 2,6 metros de batalla. Pese a todo, estaba basado en los fundamentos de la serie 250, en definitiva, se trataba de un Ferrari al cien por cien.
Y para el que aun le quedarán dudas, su presentación fue totalmente rompedora. Hasta ahora Ferrari había presentado en los salones internacionales cada uno de sus coches, incluyendo los de competición, pero en el primer Ferrari oficial de cuatro plazas los de Maranello dieron la vuelta a la tortilla. Era verano de 1960 y los días 25 y 26 de julio se celebraban las 24 Horas de Le Mans en el circuito de La Sarthe. Ferrari llegaba a la mítica prueba de resistencia como los grandes favoritos, pero ninguno de los coches que alineaba La Scuderia iba a captar tanto la atención como un bonito, elegante y estilizado GT destinado al director de Carrera, decorado con unos banderines con la insignia del Cavallino Rampante y del que nadie tenía idea alguna. Ahí estaba debutando ante el gran público el nuevo y flamante 250 GTE 2+2. Ni que decir tiene que Ferrari fue el gran triunfador de esa edición de las 24 Horas de Le Mans, ganada por Olivier Gendebien y Paul Frère sobre un TR60. Hasta seis coches de Maranello coparon las siete primeras plazas en la clasificación final.
La fabricación del nuevo Ferrari 250 GTE 2+2 comenzó en octubre de 1960 y quienes no pudieron verlo en vivo en Le Mans, tuvieron una nueva oportunidad en el Salón del Automóvil de París, ya que fue el gran protagonista del stand de Ferrari. El 250 GTE 2+2 equipaba el motor V12 Colombo de 3.0 litros 240 CV aparejado a un cambio manual de cuatro velocidades más un overdrive firmado por Laycock de Normanville que se encargaba de desmultiplicar la cuarta marcha en velocidad de crucero constante. Era capaz de alcanzar los 220 Km/H de velocidad máxima y superaba en prestaciones a su principal rival, el Aston Martin DB4. Sus plazas traseras alojaban a dos niños con holgura, e incluso a dos adultos de estatura media. También gozaba de un generoso portaequipajes. El desplazamiento hacia delante de su motor hizo que perdiera un poco de agilidad, pero seguía siendo un automóvil muy rápido y con todo el ADN de Ferrari intacto.
Su diseño era muy atractivo y estilizado, con todas las señas del Pininfarina de principios de los 60, con rasgos que se vieron en otros vehículos como los Peugeot 404, Fiat 1800/2100/2300 y Morris Oxford/Austin Cambridge. Igualmente resultó un Ferrari de lo más exitoso con un total de 950 ejemplates fabricados en tres años. En 1963, se fabricaron unas 49 unidades que fueron dotadas del nuevo motor 4.0 litros. Este automóvil fue denominado 330 América, pero tenía la misma carrocería que el 250 GTE 2+2.
No era muy habitual ver al Commendatore Enzo Ferrari al volante de sus coches, y precisamente fue un 250 GTE 2+2 el primer coche que le fue asignado como vehículo de empresa para sus desplazamientos. No obstante, el 250 GTE más famoso de todos fue la unidad que el presidente de la República de Italia, Giovanni Gronchi regaló a la Escuadra Mobile de Roma, que decorado con los colores corporativos sirvió en dicho cuerpo con el mariscal Marcello Spatafora al volante. El episodio de una impactante persecución que terminó con el Ferrari accidentado en las escaleras de Trinitá del Monti aún se recuerda en la capital italiana. Este automóvil fue subastado el pasado año 2022 por el especialista Girardo & Co y anteriormente había pertenecido desde el año 1972 al coleccionista Alberto Capelli.
El fabricante de miniaturas de Países Bajos Matrix Scale Models continúa haciendo crecer su catálogo de modelos Ferrari clásicos aunque en esta ocasión no lo hace con el típico modelo único y exótico, sino con uno de los grandes éxitos del Cavallino, un precioso 250 GTE 2+2 disponible en tres colores, rojo, plata y amarillo, siendo este último el que se ha sumado a las filas de 'El Kekomóvil'. Pueden encontrarse miniaturas del 250 GTE 2+2 en escala 1/43 de todos los precios y acabados y la oferta de Matrix es un modelo de resina con terminación de alta calidad, con gran profusión de detalles y piezas realizadas en metal fotograbado. Las formas y proporciones parecen correctas y destaca especialmente la excelente aplicación de la pintura. El 250 GTE 2+2 es uno de mis Ferrari favoritos y pese a tener ya la bonita versión de Bang en diecast, no pude resistirme al Matrix siendo hoy por hoy éste el fabricante de miniaturas que más me gusta actualmente.