miércoles, noviembre 25, 2015

Peugeot 203 de Altaya







El uso del lema 'tradición e innovación' por parte de Peugeot viene a ilustrar y resumir muy bien la trayectoria de esta empresa francesa que tiene sus orígenes en el sector de la calderería y la metalurgia allá por el año 1842 y que recientemente anunciaba la construcción de su primer avión y de su primer helicóptero a través de una 'joint venture' con sus compatriotas de Airbus. Un lema que ha ayudado a esta compañía a posicionarse como el fabricante generalista de automóviles por antonomasia: Peugeot cuenta y ha contado siempre en su gama de productos con automóviles para todos los gustos, utilitarios, coches de ejecutivo, furgonetas y camiones ligeros para el trabajo y hasta descapotables y deportivos para los más sibaritas. Quizás la aplicación de dicho lema en sus principios empresariales haya ayudado a que la firma del león de Sochaux venga manteniendo su actividad sin interrupción ni altibajos por más de un siglo y medio.

El complejo industrial que la familia Peugeot poseía en Sochaux cayó bajo el control de la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial, dentro del sector francés denominado 'colaboracionista', por lo que no sólo fue objeto de bombardeos sino que al finalizar la contienda fue desmantelado y tanto su maquinaria como su archivo de proyectos de desperdigó. La familia industrial alentó a sus trabajadores a localizar todo el patrimonio disgregado con vistas a recuperar los planos del nuevo automóvil que la firma pretendía lanzar.

"Un 7 cv fiscales con la potencia de un 11 cv, robusto, ligero y espacioso, de mantenimiento sencillo y confortable para toda la familia". El nuevo automóvil de Peugeot que tendría que sustituir al viejo 202 de antes de la Contienda debía cumplir todos esos requisitos, algo nada fácil dada la delicada situación de Francia en general y de su industria en particular, muy afectada por la falta de material y capital. Y es que el 802, el gran automóvil de ocho cilindros en V y bonito diseño de inspiración americana que se había desarrollado en los años de la guerra no era el automóvil idóneo para la Francia de entonces.

Para hacer el coche más ligero, los ingenieros trabajaron sobre la base de un chasis autoportante, de hecho el 203 sería uno de los primeros autos europeos en incorporar este avance, junto a otros como el Fiat 1400 o el Mercedes 180 'Pontón'. El aspecto de la economía en su consumo se logró gracias a una caja de cambios de cuatro velocidades donde la tercera hacía de directa y la cuarta actuaba como un 'overdrive' que incrementaba el ahorro del combustible. El motor era un cuatro cilindros de 1,3 litros desarrollado por el ingeniero Chamuzeau, al que dotó de cámaras de combustión hemisféricas y culata de alpax (aleación de aluminio y silicio). Todas estas soluciones estaban inspiradas en la tecnología de los motores los BMW 327/328. La forma casi cuadrada contribuyó a la fiabilidad del motor puesto que los pistones no tenían que hacer un largo recorrido en altas revoluciones.

Con 42 cv de potencia el 203 era un automóvil concebido mecánicamente para la fiabilidad y la duración, pero las características de su motor despertaron el ingenio de algunos preparadores de la época que desarrollaron versiones deportivas del 203, como es el caso de Emile Darl'Mat, que ya había realizado anteriormente preparaciones de otros modelos Peugeot como el 302 y el 402. Darl'Mat rebajó la carrocería, instaló un techo de lona retraíble y un nuevo frontal inspirado en los de Cadillac.

Presentado en el Salón de París de 1948 el 203 fue aclamado por el público y la prensa, en cuyos titulares rezaba "El coche de fabricación en serie más avanzado de su tiempo", y eso que en el mismo evento tuvo lugar la presentación de todo un peso pesado como el Citroen 2CV. A partir de 1950 Peugeot se centró en la fabricación del 203 en exclusiva lo que le valió para poder desarrollar un buen número de variantes de carrocería, la berlina descapotable, el familiar, el comercial, el pick up y los preciosos y exclusivos coupé y cabriolet, estos últimos toda una tradición en Peugeot.

Pese a ser un automóvil de índole burguesa y utilitaria el 203 tomó parte en importantes competiciones del motor, como la Mille Miglia, el Lieja-Roma-Lieja o el Montecarlo, rally que ganó en su categoría en 1960. Diez años antes y con el objetivo de probar su fiabilidad, Peugeot organizó el raid Ciudad del Cabo-Argel-París en el que tomó parte un 203 comercial estrictamente de serie, que completó el recorrido por toda África en 16 días sin averías. El 203 cesó su producción en 1960, dando paso al 403, pero esa es ya otra historia.

Como apasionado y aficionado al automovilismo el Peugeot 203 es un coche que ocupa un lugar especial en mi corazón dado que se trata del primer automóvil que poseyó mi abuelo materno, José María Sánchez Vega. Se trató de un ejemplar de color negro con matrícula CA-6666 que aparece en la última de las fotos que ilustran esta entrada. El auto tiene una modificación que lo hace diferir estéticamente del modelo de serie, pues la calandra original de lamas horizontales fue sustituida por otra de estilo Cadillac, muy similar a las que instalaba el preparador francés Dar'Mat en sus coches, aunque el de mi abuelo no era un Darl'Mat.

La miniatura que presento en esta entrada se corresponde al fascículo número 34 de la colección 'Nuestros Queridos Coches', editada por Altaya hace más de una década y que es sin duda la colección más popular entre los aficionados al mundo de las réplicas de coches a escala de España. La miniatura está fabricada por Ixo y de ella podemos hacer una crítica muy favorable gracias a las muy bien conseguidas formas del molde y un acabado muy rico y elaborado pese a no ser muy refinado. A todo ello añado que se trata de un modelo que en mi colección lo catalogo como "imprescindible" dada su implicación familiar.

2 comentarios:

A.Sivianes dijo...

Lo compartimos y solo me parece mal el exceso de pintura y su sencillez externa. Pasable, sin más, al menos para mí. Supongo que UH o NOREV lo mejoraría un tanto.


Saludos!

Keko dijo...

Si te digo la verdad, la miniatura del 203 Norev nada tiene que envidiarle a ésta. Es un coche que lo tengo más por su significado sentimental que por que me guste en sí, así que con éste voy ya en moto.