domingo, noviembre 08, 2015

Aston Martin DBS & DBS V8 de Spark















Los expertos en la moderna disciplina empresarial denominada 'Coaching', consistente en el entrenamiento e instrucción de una persona o grupo para el desarrollo de habilidades específicas para lograr una meta u objetivo, ven en los fracasos que se pueden suceder en el desarrollo de un proyecto una nueva oportunidad para mejorarlo. Seguramente a mediados de la década de los 60 la firma de automóviles británica Aston Martin hubiese agradecido algunos consejos de 'coaching'. La aparición en 1954 de la serie DB supuso para Aston Martin su consagración en el mundo de los automóviles de prestigio, sobre todo gracias a los modelos DB4 y DB5, éste último sobre todo muy ayudado por la popularidad que ganó en su aparición en la película 'Goldfinger', la tercera entrega de la saga de aventuras del agente 007 del Servicio Secreto Británico. Pero nada de ello pudo evitar que la empresa terminase cayendo en la bancarrota. Con todo, Aston Martin acudió al Motor Show de Londres de 1966 celebrado en el Olympia y presentó el prototipo DBS, un hermoso coupé de dos plazas con carrocería de Touring de Milán, automóvil que nunca vería la luz y que bajo el nombre de DBS Opus 1 permanece guardado junto a otros prototipos y autos únicos del fabricante británico.

Ese mismo año la empresa de Birmingham 'Company Developments', presidida por el empresario William Wilson comenzó a tomar el control de Aston Martin, operación que se vería completada en 1972. Pese a la situación sir David Brown siguió adelante con sus planes de fabricar un nuevo coche para sustituir al DB6 tras el intento fallido del DBS Opus 1. En esta segunda intentona, el equipo de Brown tuvo que acatar las premisas y limitaciones impuestas por la administración de Wilson, siendo la principal y más restrictiva de todas que el nuevo Aston Martin debería estar desarrollado íntegramente desde casa. La primera consecuencia de la nueva política era el fin de la relación entre Aston Martin y la empresa carrocera Touring de Milán, responsable del diseño de los DB4, DB5 y DB6. El objetivo era tener el coche listo para presentarlo en el Motor Show de Londres de 1967.

Sí se mantuvo la denominación DBS para el nuevo modelo, y como punto de partida se comenzó a trabajar sobre el mismo chasis empleado en el DB6, aunque alargado y ensanchado. Para el diseño se recurrió a un viejo conocido de la casa, William Towns, que había salido de la empresa y se había establecido como industrial freelance. De la mesa de trabajo de Towns salió un automóvil con un diseño radicalmente distinto a sus antecesores y en el que predominaban las líneas y ángulos rectos, aunque conservaba la esencia del diseño italiano que siempre predominó en los Aston Martin de los 60.

En un principio, la idea de la marca era que el nuevo modelo estrenase también motor, concretamente un novedoso ocho cilindros en V que venía desarrollando el ingeniero de la casa Tadeus 'Tadek' Marek. Se decidió que el banco de pruebas de la nueva mecánica de Aston Martin fuesen las 24 Horas de Le Mans y se instaló una unidad en el Lola T70 que conduciría la leyenda del motor John Surtees, doble y único campeón de Motociclismo y Fórmula 1. Pero dicha empresa resultó un fracaso y el Lola Aston Martin con Surtees al volante se retiró en los primeros compases de la mítica prueba de resistencia. Finalmente hubo que hacer un cambio de planes debido a los problemas de desarrollo del motor V8 y se optó por volver a usar el viejo seis cilindros en línea de 4.000 cc con 282 cv que en configuración Vantage con carburadores italianos Weber ofrecía 325. Obviamente este factor era todo un hándicap para el nuevo Aston Martin en relación a su competencia, coches que todos equipaban motores más potentes como es el caso del Lamborghini Miura (V12 de 350 cv); el Maserati Ghibli (V8 de 350 cv); o el Ferrari 365 GTB/4 Daytona (V12 de 352 cv), que llegaría en 1968. Incluso el Jaguar E-Type había estrenado un nuevo motor V12 que pese a sus 283 cv ofrecía una imagen más novedosa que el Aston Martin DBS.

Pese a ello, el DBS resultó un éxito inmediato para Aston Martin sobre todo gracias a su nueva y moderna estética, que le confería un aspecto formidable. Dos años después del lanzamiento del DBS hace por fin su aparición el esperado DBS con motor V8, con 5,3 litros de cilindrada y en torno a 340 cv de potencia. El DBS V8 se diferenciaba de su hermano de seis cilindros por sus nuevas llantas de aleación de 15 pulgadas en contraposición a las Dunlop de radios de los modelos de seis cilindros. Frenos de disco ventilados y caja de cambios automática ZF de cinco velocidades como alternativa a la manual eran las principales novedades del nuevo DBS V8, que convivió con su hermano menor de seis cilindros hasta que en 1970 ambos fueron sustituidos por el nuevo Aston Martin V8, un DBS con el frontal rediseñado, pero esa es ya otra historia.

Un DBS de seis cilindros en color verde oliva fue el vehículo elegido para la nueva aventura cinematográfica del agente 007 James Bond, la única para la que fue requerido como protagonista el actor australiano George Lazenby bajo el título de 'Al servicio secreto de Su Majestad'. Este DBS no mostró ningún gadget al estilo de los DB5 de 'Goldfinger' y 'Operación Trueno', aunque es un protagonista de excepción en el triste y dramático final del filme. El mismo DBS puede verse en una de las escenas de la siguiente aventura de Bond, 'Diamantes para la eternidad', aunque aparece parado con los equipos de la Sección Q trabajando en él. Otro DBS especialmente famoso de la cultura popular es el seis cilindros de color 'amarillo banana' y con llantas de aleación que conducía el actor Roger Moore en la serie de TV 'The Persuaders'. Aston Martin rescató la denominación DBS en 2007 para una versión especial del DB9, aunque esa es también otra historia.

Las miniaturas del Aston Martin DBS en sus dos versiones que hoy presento está realizada por Spark y en resina. Datan de finales del año 2005 fecha en que ambas fueron adquiridas. Son dos miniaturas que cuentan con un molde muy bueno que reproduce muy bien las líneas del coche original. Son muy acertados los colores empleados y ambas lucen muchos ornamentos en piezas independientes y de material fotograbado. Si bien juega en su contra el tamaño de las llantas, aunque no afean el resultado final.

2 comentarios:

seatpc dijo...

Dos buenas piezas estos Aston Keko están muy bien con una belleza de color que le sientan de maravilla


Saludos

Keko dijo...

Los colores son originales de Aston Martin, se llamaban Windsor Red y Salisbury Blue. Creo que la elección fue muy acertada.