viernes, octubre 02, 2015

Seat 600 N 'Autoescuela San Marcial' de Altaya






La veda sufrida por Fiat tras II Guerra Mundial por parte de sus tradicionales mercados exteriores debido a la alianza de Italia con la Alemania de Hitler puso las miras de la multinacional transalpina en España, un país económica y socialmente aislado del exterior. El 25 de septiembre de 1941 se crea el denominado Instituto Nacional de Industria por parte del Gobierno de España y es en este contexto en el que se debe identificar a un personaje crucial, Juan Antonio Suanzes. Su biografía está íntimamente ligada a la del General Francisco Franco, el jefe del Estado Español, aunque en su caso sus pasos militares lo decantan hacia la ingeniería, llegando a ser director de la Sociedad Española de Construcción Naval, así como ministro de Comercio e Industria. Suanzes fue el gran ideólogo e impulsor del INI, un organismo que dirigirá la política industrial española de la postguerra interviniendo directamente en sectores como los carburantes, la electricidad, la siderurgia, los transportes y la automoción.

Por otra parte, desde el sector privado, concretamente desde el Banco Urquijo y su presidente, Damián Mateu -fundador años antes de Hispano Suiza- tras establecer por su cuenta con el responsable de Fiat en España, Giuseppe Espartaco Boldori, una serie de colaboraciones para suministrar vehículos tanto civiles como militares al bando sublevado durante la Guerra Civil (incluido el mantenimiento de los aviones Fiat CR-32 en la planta Fiat Hispania de Sevilla), iniciaron los pasos para establecer en España una planta de producción de utilitarios Fiat. Esta operación se realizaría desde una sociedad mixta entre la citada entidad bancaria y la firma italiana, la SIAT (Sociedad Ibérica de Automóviles de Turismo), pero ello no llegó a buen puerto al encontrar la fuerte oposición del Gobierno. Entonces el ejecutivo español, en los primeros años de la postguerra, estaba controlado por los falangistas, enemigos acérrimos de la economía de libre mercado.

Finalmente, en 1950 cobra forma la nueva Sociedad Española de Automóviles de Turismo (Seat), tras un arduo periodo de negociaciones entre Fiat, el INI y el Banco Urquijo. El INI, bajo la presidencia de Juan Antonio Suanzes, contaría con la mayoría accionarial de la nueva empresa, por tanto pública. Fiat ostentaría la dirección técnica asistida con apoyo logístico y eel Banco Urquijo y los principales bancos españoles aportarían la financiación. Sin duda, el Banco Urquijo, promotor de la operación, fue el principal perjudicado. La presidencia de Seat recae sobre el capitán José Ortiz Echagüe, ingeniero, militar y piloto de aviación apasionado, sin duda, uno de los personajes más apasionantes de la entonces España.

El primer Seat 600, denominado 'Normal' o N, ve la luz en primavera de 1957 tras la firma del acuerdo entre Seat y Fiat rubricado en Ginebra mediante el cual la firma española construiría bajo licencia modelos de la compañía italiana. Sería el segundo modelo de Seat tras el 1400 y ambos se basaban en sus equivalentes italianos. Era fácilmente distinguible por sus intermitentes colocados sobre las aletas, a ambos lados del capó. Montaba un motor de 633 cc que rendía 21,5 cv de potencia, 24,5 en los modelos posteriores a 1961. Se distinguen de este 600 tres series, apodadas oficiosamente A, B y C. El primero estaba construido íntegramente con chasis y piezas Fiat y motor Seat; El segundo tenía chasis y motor Seat y parte de sus accesorios Fiat; El tercero era cien por cien Seat.

A partir de 1960 Fiat presenta el nuevo 600 D. El 600 N de Seat recibe nuevos ajustes pero indudablemente se queda atrás. Ello genera una fuerte crítica en la prensa especializada, que justificaba las 6.000 pesetas de diferencia de precio entre el nuevo Fiat y el Seat en las mejoras que el coche de Turín aportaba, aunque en España las condiciones del mercado impiden un acceso generalizado a dicho auto. El equivalente al Fiat 600 D, el Seat 600 D, no llegaría hasta 1964 a España, aunque esa historia, puede leerse en otra entrada de este blog.

A raíz de la aparición del número 1 de la colección Coches Inolvidables editada por Salvat hace más de una década ya produce un boom al ofrecerse una inédita reproducción de un Seat 600 D realizado por Solido. Unos meses después la editorial Altaya lanza su primer gran éxito en materia de coleccionables de miniaturas de coches, 'Nuestros Queridos Coches', integrado por miniaturas realizadas por Ixo. En dicho coleccionaba se anuncia una nueva reproducción del Seat 600, en este caso un N, que activa la curiosidad de los coleccionistas. Finalmente cuando se descubre el nuevo Seat 600 en 1/43 de Ixo la decepción se apodera del mundo del coleccionista nacional con una miniatura de reproducción muy dudosa, que es la que hoy presento aquí. En este caso se trata un 600 N decorado como coche de autoescuela (no he encontrado nada de la Autoescuela San Marcial) que en un principio se ofreció como regalo para los suscriptores del coleccionable en cuestión pero que Altaya ofreció un tiempo después como compra directa desde su web. Tal y como se puede observar es una miniatura en la que predominan las desproporciones tanto en las formas de su molde como en otros elementos como las ruedas. Ello desvirtúa las formas rechonchas y simpáticas del 600, muy bien captadas en su caso por fabricantes como Solido, Detail Cars o Brumm. Sí podemos decir que el ornamentado y el acabado del modelo es bueno, pero la concepción del mismo es mala. En fin, que lo único realmente positivo que encuentro en esta miniatura es su carácter simpático y su rareza.

2 comentarios:

seatpc dijo...

Otra de las maravillas dentro de lo que cabe dentro de Altaya ya que este venía con unas cuantas erratas de libro como es costumbre en Altaya
El diámetro de las ruedas que era algo mas grande de lo que marca la escala
Los pilotos de intermitencia en el lateral de la aleta que no existían en la época así como alguna otra cosa mas que se me escapa aún así es una muy buena pieza que a muchos nos trae recuerdos de enseñar a romper la mano.


Saludos

Keko dijo...

Buenas Pau. Maravilla... bueno, dejémoslo en simpático más bien. Sin duda es el peor 600 de todos los que tengo aunque tiene su interés por lo que socialmente supuso para los coleccionistas esta miniatura en su día. Yo fui de los que la conseguí vía Altaya. Se les quedaron unas unidades tiradas y los vendieron desde su web y el precio no era malo. Es un patito feo en mi colección pero ya te digo, gracioso. Gracias por tu visita y comentario.