domingo, febrero 22, 2015

Lamborghini Urraco de Minichamps






Porsche con su 911 disponía de una importante franja del mercado de los autos deportivos, sobre todo, porque era sensiblemente más económico y accesible que los grandes superdeportivos de los principales fabricantes italianos. Conocedores de esta situación Ferrari y Maserati fueron los primeros en mover ficha con sus Dino 246 y Merak repectivamente. El primero de ellos era un auto completamente nuevo mientras que el segundo era una versión del Bora con un motor más pequeño, un V6. Consciente de la importancia de no quedarse atrás y participar también de este segmento del mercado automovilístico, Lamborghini siguió la estela de sus competidores y así ampliar su catálogo de productos, consistente básicamente en el superdeportivo Miura y los GT Islero y Espada, todos automóviles de gama superior, precios muy elevados y accesibles sólo a una pequeña parte del gran público.

El proyecto de un automóvil más pequeño y, sobre todo, más económico y accesible fue liderado por el ingeniero Paolo Stanzani. En su concepción se partió del concepto de motor central del Miura. En esta ocasión se recurrió a una nueva y más pequeña mecánica, un V8 en vez del V12 de casa, lo que permitió que su habitáculo fuese más grande y con capacidad para albergar cuatro plazas (realmente las plazas traseras resultaban impracticables para un adulto normal, como suele pasar en este tipo de coches). La carrocería, muy estilizada, fue obra de Marcelo Gandini, que por entonces trabajaba para Bertone, quien, al igual que Pininfarina en Ferrari, firmaba todas las carrocerías de la firma del toro. El nuevo 'Baby Lambo' fue bautizado como Urraco, recurriéndose de nuevo al imaginario de la Fiesta del Toro, denominación que hace referencia a un tipo de toro joven, bravío y con una capa de pelaje negra salpicada de blancos.

El Lamborghini Urraco se presentó en el Salón de Turín de 1970 bajo la denominación P250, en relación a la cilindrada de su motor V8 de 2,5 litros y 220 cv de potencia. Era más potente que los Dino y Merak y alcanzaba los 240 Km/H. Cuatro años más tarde y en mismo Salón de Turín se presentaron dos nuevas evoluciones, el P300, que incorporaba un motor de 3.000 cc más potente con 250 cv, y el P200, una versión con la cilindrada del V8 rebajada hasta los 2.000 cc orientada hacia los mercados con alta presión fiscal y que rendía 180 cv de potencia.

El ingeniero Bob Wallace, el autor del mítico Miura Jota, desarrolló un prototipo denominado Urraco Rallye, con 310 cv y un paquete aerodinámico con el objetivo de  hacerlo competir pero sólo realizó una prueba en el Circuito de Misano. El proyecto quedó depositado en la factoría de Lamborghini hasta que un entusiasta japonés lo adquirió y restauró.

El Urraco se mantuvo en el mercado nueve años y en ese tiempo se fabricaron 776 unidades. Dichas cifras atestiguan que no logró el éxito esperado. Su posición al volante, su maniobrabilidad y su fiabilidad fueron muy criticadas.

El fabricante de miniaturas alemán Minichamps puede presumir de tener el mejor catálogo del mercado dedicado a la marca Lamborghini, no ya sólo por contar con casi la totalidad de sus modelos, sino por el acabado y calidad de los mismos. Un buen ejemplo es este Urraco, quizás la mejor miniatura que a día de hoy puede encontrarse en este coche a escala 1/43. Un modelo bien reproducido y con un gran acabado.

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