miércoles, abril 02, 2014

Bugatti Type 57 SC Atlantic de Minichamps











La palabra 'arte' está tan ligada como 'automóvil' al apellido Bugatti. Carlo, el patriarca de la familia fue un afamado diseñador de mobiliario e interiorista. Rembrandt, uno de sus hijos, fue uno de los escultores mas populares de su tiempo, especialista en el modelado de estatuas de animales. Ettore, el otro hijo, pese a contar con la misma formación artística que su padre y su hermano en la Academia de Brera, encaminó su talento hacia el automóvil, aquel nuevo ideal de belleza que exaltó Marinetti en su 'Manifiesto Futurista', el automóvil. 

Y llegados a este punto el siguiente en la lista es Jean, el hijo de Ettore. Jean Bugatti viene a ser como una especie de conclusión. En su persona se fusionan el artista y el ingeniero del modo más perfecto que ello pudiese ocurrir. Y el mejor ejemplo de todo es el Bugatti 57 SC Atlantic, el culmen de su trabajo, un prodigio de la ingeniería más moderna de la época mezclado con la quintaesencia art decó.

El Atlantic es puro art decó, un automóvil hecho arte, del mismo modo que se hicieron obras de arte de objetos cotidianos como juegos de té y café, radios o relojes. Basado en el prototipo 'Coupé Aerolithe', que el propio Jean llevó como estudio de diseño al Salón de París de 1935, el Atlantic viene a ser el cénit de una exitosa serie de automóviles, los Type 57, en los que el joven Bugatti supo otorgar una impronta muy diferente a los autos que diseñaba y producía su padre, más proclive a los autos de gran tamaño. Con todo, tanto los Bugatti de Ettore como los de Jean están revestidos de un halo común que los hace a todos excepcionales y portadores de una misma filosofía, la de la exclusividad, la de lo mejor.

El diseño de Jean Bugatti en el Atlantic viene a expresar la fascinación que el hombre sintió por las máquinas en el periodo art decó. Este aspecto lo podemos apreciar en detalles como la parrilla frontal dividida o las coberturas de la ruedas traseras. Otro de los detalles más fascinantes del coche es la unión entre las dos piezas principales que componen la carrocería y que la recorre de forma longitudinal, muy pronunciada y a la vista, suponiendo ello un homenaje a otra de las grandes pasiones de los Bugatti y otro de los grandes avances del hombre, la aviación. El resultado final es la unión del arte y la ciencia en aras de la funcionalidad. La carrocería se fabricó en una aleación denominada Duralumin o Elektron, compleja de trabajar y moldear, de este modo es posible entender que las uniones del techo o de los guardabarros fueran tan pronunciadas.

Equipado con el motor de ocho cilindros en línea de 3,3 litros dotado de sobrealimentación y con 210 cv de potencia, el Atlantic era un automóvil deportivo en toda regla, dada también su ligereza. Sólo dos Atlantic sobreviven hoy día, el azul de la colección del Museo Mullin y el negro propiedad del diseñador textil Ralph Lauren.

El modelo que nos ocupa fue entregado el 2 de septiembre de 1936 a Nathaniel Mayer Victor Rothschild, tercer Barón de Rothschild, en Inglaterra. Tres años más tarde , Lord Rothschild llevó el coche a la factoría de Molsheim, donde se le instaló el sobrealimentador Roots procedente de un Type 55. En 1941 fue vendido a Tunnard Moore y éste lo vendió a su compañero del High Speed Motors of London, Robert Arbuthnot, que a su vez lo vendió a Rodney Clarke, propietario del concesionario Continental Motors. Clarke lo vendió a Robert Oliver, un rico norteamericano que servía en el Ejército en Europa. Cuando regresó a Estados Unidos lo condujo por todo el país y regresó a Francia, a Molsheim donde el motor fue completamente reconstruido y le instalaron frenos hidráulicos. A principios de los 70 el Atlantic fue vendido al doctor Peter Williamson que lo tuvo hasta 2010, fecha en que fue vendido al Mullin Automotive Museum, donde hoy día se conserva en perfecto estado. Tanto este Atlantic como el de Ralph Lauren han sido ganadores máximos del Concurso de Belleza de Peeble Beach.

Perteneciente a la colección que Minichamps ha dedicado al Museo Mullin, se trata de una miniatura soberbia en todos los sentidos. Como el resto de modelos que componen la colección, está realizado en resina. El nivel de terminación está a la par que fabricantes de miniaturas mucho más exclusivos que Minichamps. Si alguien está pensando en añadir un Atlantic a su colección, le aconsejo darse prisa y buscar uno como éste, pues será la inversión que mejor relación calidad-precio ofrece.