martes, diciembre 08, 2009

Ford T de Minichamps






Más que un automóvil, el Ford T bien podría ser considerado un hito histórico. No es que sea el primer automóvil que se conoce, pero sí está muy claro que sin él, la industria del automóvil no hubiese sido lo mismo, es por ello que relatar en un sólo post de ese blog su historia va aser algo muy complejo, por este motivo, pido a todos los lectores del KEKOMÓVIL disculpas de antemano por si quedara omitida alguna información que ellos consideren importante, por lo que se les emplaza a que dejen sus comentarios.

No podemos hablar del Ford T sin antes hacer una breve referencia a su creador, Henry Ford, considerado el padre de la industria de la automoción tal y como se la conoce hoy en día. El señor Ford nació en 1863 en Dearborn, Michigan, en el contexto de la Guerra Civil Norteamericana. Desde muy joven se niega a ser granjero por lo que en 1879 emigra a Detroit y allí ingresa como aprendiz de maquinista en la Dry Dock Co. A los 28 años de edad ya adquiere la categoría de ingeniero y empieza a trabajar en la Edison Illuminating Company, donde dos años más tarde es nombrado ingeniero jefe. Se le atribuyen 161 patentes. En junio de 1896, tras dos años de trabajo en un garaje cercano a su vivienda, completa su primer automóvil, denominado el cuadricilo. En 1899 funda junto a otros socios la Detroit Motor Company, siendo él el encargado de diseñar y testar los coches. En 1903 funda la Ford Motor Company con un capital inicial de 28.000 dólares. Era 11 los inversores originales. En principio se dedica a los coches de carreras, siendo el más famoso el 999. Los primeros modelos de calle de Ford son el A, el C, el B, el K y el S.

El primer Ford T ve la luz el 1 de octubre de 1908 en la fábrica de Piquette Avenue. Debido a que los primeros coches de Ford eran, al igual que el resto de automóviles de la época, objetos de lujo a los que sólo tenían acceso los más adinerados, Henry Ford había pasado cuatro años estudiando la posibilidad de ofrecer un automóvil para el gran público. En 1910 Ford prosigue con la producción en la factoría de Highland Park pero la fuerte demanda que el nuevo utilitario generó hizo que se instalara el primer sistema de ensamblaje en cadena de la historia, o sea, que una cadena transportadora movería el conjunto chasis-eje delantero-eje trasero por toda la factoría mientras en cada punto operarios especializados iban añadiendo el resto de componentes.

Este novedoso y revolucionario sistema, sin el cual ninguna industria automovilística de peso podría concebirse, tuvo entre sus ventajas el abaratamiento del producto, por lo que con el Ford T se está ante el primer automóvil popular de la historia.

"You can have any colour you like, so long as it is black" (Puede comprarlo del color que quiera siempre que éste sea el negro) es una de los eslóganes con los que se publicitó el Ford T en la época y uno de los que mejor ejemplificaba el por qué era tan barato. El Ford T comenzó a venderse con un precio de 825 dólares y tenía un motor de 2,9 litros que ofrecía 20 cv de potencia, suficientes para mover un automóvil ligero de 544 kilos. Alcanzaba los 72 Km/H en una época en que las carreteras se asemejaban más a un camino de cabras que a otra cosa. Otro de los factores que hacían al T asequible al gran público era su facilidad de manejo, pues sólo tenía dos velocidades y su transmisión tipo planetaria se controlaba con el pie. Otro de los factores de su éxito fue su robustez, iba montado sobre un chasis de madera en combinación con aleación de acero y vanadio. Durante su largo periodo de vida sufrió pocos cambios, más que nada debido a que la mayoría de sus piezas y elementos eran intercambiables y se iban sustituyendo en función de las necesidades. Entre 1908 y 1927 se vendieron 15 millones de unidades.

Además de en Estados Unidos, Ford poseía otra planta de fabricación en Trafford Park, Manechester, Reino Unido. El primer T británico sale al mercado en 1911. En principio todas las piezas venían importadas, pero poco a poco se estructura toda una industria auxiliar de componentes en torno a Ford de tal modo que en 1924 el 94 por ciento de las piezas de los T ingleses eran de fabricación nacional. En 1913 la Ford Motor Company se expande a Francia , Argentina (1916), Dinamarca (1919), Brasil (1919), Uruguay (1919), España (1919), Bélgica (1922), Italia (1922) e Irlanda (1923).

Centrándonos en España, el directivo del área de Exterior de la Ford Motor Company, William Knudsen, informa a Detroit de dos posibles ubicaciones para su planta, Barcelona y Cádiz, ambas ciudades portuarias con buenas comunicaciones con Estados Unidos. Los disturbios laborales de mediados de 1919 en Barcelona no convencieron a Knudsen, por lo que Cádiz resulta elegida. La previsión para la fábrica de Cádiz en el primer año es de 2.000 unidades y de 5.000 para el segundo. El 11 de noviembre ya aparece en la prensa local documentada la implantación de la Ford en Cádiz, de manos de la compañía Sociedad de Créditos & Dock de Barcelona, arrendataria del Depósito Franco de Cádiz. La factoría se ubica en la Segunda Aguada y los coches se ensamblan con piezas traídas desde los Estados Unidos.

El 5 de abril de 1920 nace el primer Ford T gaditano y el primer año se superan las expectativas con 3.446 unidades construidas. No obstante, la factoría Ford de Cádiz sólo alcanza tres años de vida, ya que en 1923, se traslada a Barcelona por diversos motivos, como los incumplimientos del Ministerio de Industria, las altas tasas aduaneras, el escaso tejido industrial de Andalucía que no posibilita la creación de industria auxiliar o las presiones de los colectivos empresariales catalanes. Una vez más, Andalucía, y más concretamente Cádiz, queda como el farolillo rojo de España, el pariente pobre.

El 18 de diciembre de 1999 el Ford T resultó elegido 'Coche del Siglo' por una comisión integrada por 133 expertos que tuvieron que elegir entre un total de 700 automóviles candidatos. El Ford T se impuso en la votación final al BMC Mini, al Citroen DS, al Volkswagen Beetle y al Porsche 911. El presidente del jurado de expertos, el holandés Dick Holzhaus afirmó sobre el Ford T: "Retrospectivamente, el siglo XX puede considerarse como el Siglo del Automóvil, una auténtica revolución en cuanto a tecnología y a calidad de vida. Ford Motor Company preparó el camino para esta revolución tanto en su papel de fabricante como de líder de la industria automovilística".

El Ford T de Minichamps en escala 1/43 vio la luz por primera vez dentro de un set conmemorativo del 100 Aniversario de la Ford Motor Company y ha sido reeditado recientemente. Se trata de una miniatura muy bien resuelta en todos los sentidos. Llama la atención la robustez que transmite al estar construida en diecast íntegramente. Todos los ornamentos exteriores están muy bien realizados. Entre los elementos que más llaman la atención resaltan la manivela de arranque bajo la parrilla frontal o el bonito interior con los asientos con capitoné o los emblemas de Ford en el suelo del coche. La miniatura reproduce una versión estándar fechada en 1914 que seguro no desentonará en cualquier colección de clásicos que se precie.

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