martes, febrero 19, 2008

Alfa Romeo 164 3.0 V6 Super de Minichamps






Las berlinas de gama alta y de representación nunca en la historia del automóvil han buscado tener carácter deportivo. Sí que es cierto que algunos fabricantes siempre han tenido la tendencia de incluir versiones de altas prestaciones en sus gamas de sedanes y valgan como ejemplo los BMW M. Pero dejando aparte preparaciones específicas en pocas ocasiones una berlina de cuatro puertas del segmento premium ha estado dotada de innato carácter deportivo, salvo los honrosos ejemplos de los Quattroporte de Maserati o los XJ de Jaguar. A este exclusivo club se le puede añadir el 164 de Alfa Romeo, una berlina de lujo y representación, pero con todas las concesiones deportivas de la marca milanesa.

El 164 se mostró por primera vez en el Salón de Frankfurt de 1987 y se le puede considerar el Alfa de la transición de la marca. A finales de los 80 Alfa Romeo todavía era independiente y navegaba con rumbo oscilante ofreciendo productos atractivos pero de dudosa calidad. El 164 fue el último modelo de esa época y el que el gigante Fiat aprovechó para relanzar de nuevo la marca de Milán. 

El 164 se basó en un chasis denominado 'Tipo 4', que también empleaban otros coches del ente Fiat, como el Fiat Chroma y el Lancia Thema, además de un combidado de piedra como el Saab 9000. El diseño de su preciosa carrocería era obra del maestro Pininfarina, de hecho, fue el proyecto que siguió al mítico Testarossa de Ferrari. 

El buque insignia de Alfa montaba motores de gasolina de cuatro y seis cilindros y un diésel. El modelo reducido a escala es la réplica de un 3.0 V6 Super, de 12 válvulas por cilindro y que erogaba 180 CV. 

Caben destacar dos anécodotas. Por un lado, que el 164 fue el último sedán de Alfa en venderse en los Estados Unidos. Y por el otro, que estuvo a punto de ser el modelo elegido para la celebración de las copas Procar. La Fórmula 1 siempre había incluido alguna carrera telonera. A principios de los 80 la Procar era una competición monomarca en la que se utilizaba el BMW M1. Alfa Romeo diseñó un prototipo con chasis Brabham y motor V10 central con una carrocería de Alfa 164. Finalmente la idea no fraguó y este modelo, el 164 Procar se quedó en una pieza museo.

Minichamps ha tardado casi un año en desvelar su Alfa 164 y vistos los resultados parece que la espera ha merecido la pena. Se ha notado un nuevo aumento en la calidad de fabricación de los nuevos Minichamps, aspecto que ya destacamos en el capítulo del Opel Calibra. En líneas generales se puede decir que el modelo es sobresaliente, con un precioso tono azul que contrasta con el color claro de la tapicería y el interior. reseñar que los cromados son de verdad y no pintura plateada como suele ocurrir en otras ocasiones.

miércoles, febrero 13, 2008

Lancia Rally 037 de HPI Racing







El Lancia Rally, conocido internamente bajo la denominación Abarth 037, fue un coche construido para el Campeonato Mundial de Rallies. Estaba basado en el Lancia Beta Montecarlo. Lancia aprovechó la nueva reglamentación del Grupo B y desarrolló este brutal modelo de tracción trasera y 325 CV. El objetivo era disponer de un automóvil tan legendario como el Stratos de los 70, que fue sustituido por el Fiat 131 a principios de los 80, cuando Fiat retiró a Lancia del Campeonato de Rallies para posteriormente traerla de nuevo. 

Este coche y su programa fue desechado cuando Attilio Bettega sufrió un accidente en el Tour de Corse de 1985 que le costó la vida, revelando a los autos de Grupo B como máquinas brutales e indomables y presagiando su inmediato final. 

El Rally 037 tuvo su versión de calle, denominada Stradale. Rendía una nada despreciable cifra de 200 CV que salían de su cuatro cilindros alimentado por dos turbos. Era un coche con un aspecto retador pero del que apenas se vendieron 200 ejemplares, los justos para que se pudiera homologar.

Aquí nos encontramos ante otro fantástico modelo de HPI Racing, con un molde perfecto en formas y proporciones y un rico y detallado acabado final, estando en la misma línea que los fabricantes más finos y elitistas del diecast.

sábado, febrero 09, 2008

Lancia Delta Integrale Evo 6 'Martini Racing' de HPI Racing






Cuando la FIA eliminó del reglamento de los rallies a los autos de Grupo B, Lancia se vio en la obligación de cambiar el arma con la que lucharía en el mundial. Así pues tomó como base el Delta, al que se le aplicó una mecánica de 2.0 litros sobrealimentada y un sistema de tracción integral 4x4. 

Tuvo que fabricar 5.000 de estos coches para homologarlo. Pese a su aspecto de coche modesto, el Integrale no tenía problemas para alcanzar los 240 Km/H. Durante todo el tiempo que estuvo a la venta, el Integrale fue acaparando mejoras, como más potencia, pasando desde los 185 a los 210 CV, y elementos que mejoraban su comportamiento como el alerón trasero. 

Hubo versiones de colores especiales, como la 'Club Italia', en rojo con la tricolor atravesada, 'Coleccione Lancia', en borgoña, o la 'Martini Racing' o 'Integrale EVO 6', que adoptaba la librea de los Lancia del campeonato de rallies patrocinandos por la célebre marca de bebidas.

La marca de vehículos de radiocontrol HPI irrumpe en el mercado del diecast con una preciosa colección de coches de rally y sus homólogos de calle. Este fabricante tiene un estándar de calidad altísimo, superando incluso en ocasiones a los sibaritas Auto Art. Su precisión suele verse ejemplificada en elementos como las antenas de los coches, las llantas o las rejillas. Verdaderamente si HPI se pone las pilas y empieza a engordar su catálogo, hay marcas que los van a pasar muy mal.

Opel Calibra 2.0i 1991 de Minichamps






El nuevo coupé de Opel fue presentado en el Salón de Frankfurt de 1989 y enseguida acaparó la atención del público. Hasta entonces Opel mantenía dos automóviles de tipo coupé en su gama, el Manta (perteneciente a la gama media) y el Monza (de gama alta). El Calibra se basaba en el turismo Vectra y no pretendía sustituir a ninguno de los modelos mencionados anteriormente, sino ser como una síntesis de los dos. El Manta tenía una filosofía más juvenil y el Monza no se había vendido todo lo bien que se esperaba, pues quien optaba a un coupé de gran tamaño y con motor de seis cilindros, siempre solía hacerlo por las marcas de referencia (léase Mercedes o BMW). 

El Calibra era de tamaño medio, de línea muy atractiva y deportiva, pero era a la vez confortable y disponía de un interior con todos los lujos. En un principio se ofrecieron dos versiones, 2.0i (115 CV) y 2.0i 16v (150 CV). Más tarde se incorporó una versión turbo y con tracción integral (2.0 Turbo 4x4, 205 CV) y un V6 2.5 de 170 cv. En 1998 se vendieron las últimas unidades. 

El Calibra compitió con éxito en la última edición del DTM alemán, a los mandos del excampeón de Fórmula 1 Keke Rosberg, siempre muy ligado a la marca del rayo. En 1995 el piloto Manuel Reuter se hizo con el título del ITCC con un Calibra V6 4x4. Cabe destacar también que el Calibra fue uno de los coches víctima de esa moda horrible denominada tunning.

Tras más de un año de espera, Minichamps pone por fin a la venta el esperado Calibra, un modelo realizado estupendamente y con un gran nivel de calidad. Cuenta con un molde muy logrado, al igual que el acabado exterior, en el que llaman la atención unos impecables limpiaparabrisas delanteros, además de otros muchos elementos, como tiradores de puertas, embellecedores, anagramas, antena o la presencia de la rayas de la calefacción en la luna trasera o la franja verde para protegerse del sol en el parabrisas. El interior pese a ser negro está perfectamente moldeado y cuenta con tampografías en el cuadro de instrumentos.

DeLorean DMC 12 de Minichamps







A principios de los 80, la noticia de que el prestigioso ejecutivo de la General Motors John Z. DeLorean abandonaba la casa justo unos días antes de que hubiese sido nombrado presidente de la misma, convulsionó el mundo de la automoción. Entre otros de sus muchos logros, DeLorean era el padre del mítico Pontiac GTO, considerado el primer Muscle Car de la historia, que dio lugar a una nueva clase de supercoches que hicieron furor entre el público estadounidense a finales de los 60 y principios de los 70. 

DeLorean había abrazado la idea de producir coches "éticos y razonables" pero vistosos, atractivos y cargados de deportividad. Eran los 80, y el mundo de la automoción se movía hacia los diseños más compactos y prácticos. Pese a que su empresa, DeLorean Motor Company, se fundó y tuvo su sede en Detroit, Michigan, pero su creador pidió una serie de incentivos económicos a cambio de instalar una industria automotriz que generaría riqueza y puestos de trabajo. La República de Irlanda parecía la principal candidata, pero el entonces ministro de Industria y Comercio, Des O´Malley, no apoyó el proyecto. Cuando casi estaba cerrado un trato con Puerto Rico, DeLorean se decidió por la  la localidad norirlandesa de Dunmurry aceptando una oferta de la Junta de Desarrollo Industrial del Gobierno británico para el Ulster que tenía como objetivo reducir el desempleo en una zona especialmente deprimida y muy efervescente en lo que al conflicto político religioso irlandés de se refiere. De hecho, la planta se hallaba en la confluencia de dos comunidades religiosas, una católica y otra protestante, y los trabajadores accedían a la misma por dos accesos diferentes.

El DeLorean DMC 12, llamado así porque su creador tenía la idea inicial de venderlo por un máximo de 12.000 dólares, siempre fue un coche controvertido e iconoclasta. Hoy día sin ir más lejos provoca dos reacciones, un profundo rechazo o la máxima admiración. El coche fue diseñado por Giorgetto Giugiaro, tenía el motor detrás y las puertas se abrían al estilo "alas de gaviota". La carrocería se realizó en plástico y cristal reforzado de alta calidad, con un revestimiento de acero inoxidable. No llevaba pintura, lo que le confería un aspecto más que peculiar. 

En el apartado mecánico, se recurrió a un motor V6 de 2,8 litros y 140 cv de potencia. Era la mecánica conocida como PRV (Peugeot-Renault-Volvo) que también montaban vehículos como el Alpine A310 V6, el Renault 30, el Volvo 780 o el Peugeot 604. Fue el uso de esta mecánica el primero de una larga lista de fallos que llevaron este proyecto por el mal camino. El proyecto inicial contemplaba el uso de un motor rotativo tipo Wankel de origen Citroen, pero finalmente se optó por el V6 PRV, el cual sería convenientemente optimizado para rendir 200 cv de potencia, pero la regulación federal americana en materia medioambiental era especialmente estricta, lo que obligó a montar una serie de sistemas que redujeron la potencia en 60 cv. De este modo y pese a su impactante estética, las prestaciones del DeLorean no era nada del otro mundo.

Los problemas mecánicos y de calidad no tardaron en aflorar, como las averías en el sistema automático de apertura de las puertas que dejaba a sus ocupantes atrapados en el coche. Tras un primer buen año de ventas, el Gobierno británico orquestó una campaña en contra de la empresa DeLorean grabándola con impuestos abusivos, por lo que el John Z. decidió trasladarse a Detroit, construyendo una nueva fábrica en un tiempo récord. Obligado a buscar dinero extra para salvar su empresa, John Z. DeLorean fue arrestado en 1982 en Los Ángeles cuando intentaba vender un cargamento de cocaína por valor de 24 millones de dólares con los que pretendía salvar la empresa, delito del que fue absuelto dos años más tarde cuando se demostró que unos agentes de Policía le obligaron a hacerlo. Sus últimos proyectos incluyeron la patente de un tren monorrail, una firma de relojes de alta gama e incluso su retorno a la fabricación de coches.

La DeLorean Motors Company fue adquirida en 1997 por el empresario Stephen Wynn y sigue fabricando el mítico coche por encargo exactamente igual que el de los 80, aunque con algunos avances actuales. Parece ser que próximamente entrará en fabricación en serie.

Fue la saga de películas 'Back to the future' de Robert Zemeckis las que convirtieron al DeLorean DMC 12 en un icono de la cultura popular, cuando el doctor Emett Brown (Christopher Lloyd) construye su máquina del tiempo tomando como base un DeLorean, quedando para la posteridad la mítica frase "si vamos a construir la primera máquina del tiempo, hagámoslo con estilo", y el coche siempre ligado al actor Michael J. Fox.

Esta miniatura de Minichamps es de una manufactura excelente y cuenta con numerosos atractivos. De entrada vamos a destacar la ausencia de pintura en la chapa de la carrocería, como en el coche real, y también la apertura del capó que permite ver el motor. El resto son los propios factores de la calidad habitual de Minichamps.

miércoles, febrero 06, 2008

Lamborghini Countach LP 400 de Kyosho-MR











A principios de los 70, Lamborghini ya se encontraba trabajando en el que sería el sucesor de su modelo estrella, el Miura. En 1971 ya se presentó un concept car de Bertone que mostraba los derroteros que se iban a seguir, pero el proyecto final no vio la luz hasta 1974. 

Ante todo se estableció una máxima, superar todos los errores y defectos del Miura y para ello se recurrió a los avances técnicos de la última hornada. Uno de los tres padres del Miura, Paolo Stanzani, jefe de ingenieros y de diseño de Lamborghini, se puso al frente de los trabajos junto con Massimo Parenti. El diseño corrió a cargo de Marcelo Gandini, de Bertone, y suponía una ruptura total con las líneas sexys y suaves del Miura. 

Su aspecto rectilíneo y achaparrado acentuaba su agresividad y su fiereza. Quizás lo más llamativo del conjunto eran sus puertas, que se abrían pivotando hacia arriba, de una forma que recordaba vagamente al Mercedes 300 SL. El motor fue colocado en posición central y longitudinal -Longitudinale Posteriore-, rompiendo con la fórmula transversal del Miura. Era el mismo V12, que cubicaba 4.0 litros de cilindrada y rendía 385 CV. Las revistas especializadas resaltaron su maniobrabilidad y agarre, además de ser sobre el papel el coche de serie más rápido del mundo en aquellos tiempos. 

Es anecdótica la historia de su nombre: el término Countach es una expresión piamontesa que exalta la exagerada belleza de algo y que también se dedica a las muchachas de buen ver. Cuenta la leyenda que fue lo primero que se escuchó cuando los ingenieros lo desvelaron. Aparte de ser todo un icono de los 70, en los 80 se mantuvo joven y radiante hasta el final de la década, aunque para muchos entendidos, estas versiones, con pasos de rueda agrandados, alerones, spoilers y demás aditamentos perdieron la pureza primigenia. La última versión del Countach fue el 5000 S Quattrovalvole, que con sus seis carburadores Weber y sus 5.0 litros de cilindrada superaba los 450 CV.

Siempre ha habido un dilema con las miniaturas 1/43 cuyas puertas se abren, son juguetes o réplicas de coleccionismo, sobre todo porque en muchas ocasiones estas aperturas se resuelven con un sistema rudimentario que le resta rigor. La marca artesana italiana MR ha demostrado ser la mejor en ofrecer miniaturas con partes operantes sin caer en este rudimentarismo juguetero de otros fabricantes. La japonesa Kyosho ha recurrido a la colaboración de MR para ofrecer este espectacular Countach, en el que sobra todo comentario. Si es verdad que cuesta el doble que cualquier modelo de la prestigiosa serie de Ferrari en 1/43, pero una vez que se tiene en la vitrina, el dinero ya no importa. Las partes operantes son los capós traseros y delanteros, las puertas y los faros retráctiles. La profusión de detalles y piezas independientes tanto exteriores como interiores es apabullante.

Porsche 911 930 Turbo 1975 de Ebbro






La palabra Turbo no era nada nuevo para Porsche, pues los 917 sobrealimentados corrían y ganaban competiciones por todo el mundo desde la temporada 72-73. Pero nunca había habido un modelo de calle de la firma de Stuttgart que optase por este sistema de alimentación. Conocido como proyecto 930, la filosofía inicial estipulaba un Porsche austero pero capaz de proporcionar al conductor normal -y que pudiera permitírselo, claro- las sensaciones más cercanas a las competición. 

Pero finalmente se impuso la idea de que este nuevo coche debía ser un producto de lujo y muy exclusivo. Su spoiler delantero, sus formas eroticamente ensanchadas y su alerón trasero causaron euforia entre el público. Su motor derivaba del 3.0 litros del Carrera RS 3.0 y estaba alimentado por un compresor KKK y un sistema mecánico de inyección Bosch K-Jetronic. La potencia era de 260 CV. 

Las primeras versiones de 1975 se diferenciaban por un alerón de doble rejilla, una más pequeña que otra, y un espejo retrovisor único para el conductor. Un año después, en 1976, las dobles rejillas del alerón fueron de similares medidas se añadió un retrovisor más, además de un ornamento de plástico negro mate delante de las ruedas traseras.

La firma japonesa Ebbro presenta un precioso 930 de 1975 con un molde perfecto, muy buenos detalles exteriores, con profusión de piezas independientes, pero un interior sin detalles, aunque bien moldeado. Ideal para que haga compañía al 930 de Minichamps, correspondiente al modelo de 1976.

BMW Isetta de Schuco






A mediados de los años 50, la crisis del Canal Suez provocó que una gran mayoría de automovilistas europeos optasen por los denominados microcoches, que consumían poco combustible pero permitían un grado mayor de confort que una motocicleta o un scooter. Uno de los micros más famosos de la historia de la automoción fue el inimitable Isetta italiano, una idea del industrial transalpino Renzo Rivolta, propietario de la empresa Iso. 

Mientras en Munich, BMW era consciente de que necesitaba un producto económico y popular que ayudase a introducir dinero en la empresa, pues los grandes 'Barroque Angels' no estaban teniendo el éxito esperado. En una operación similar a la que hiciese en la década de los 20 con el Dixi, un Austin Seven producido bajo licencia, BMW contactó con Iso para negociar la producción del Isetta en similares condiciones, como hacía la empresa gala Velam para Francia. 

El acuerdo se materializó y BMW comenzó a fabricar el Isetta en Alemania y en Gran Bretaña bajo sus siglas. El "motocoupé" debutó en Frankfurt en 1955 con un motor bicilíndrico bóxer de 250 cc de la motocicleta R25, que un año más tarde evolucionaría hasta los 300 cc. Así pues la denominación de los pequeñines italobávaros fue la de BMW Isetta 250 y BMW Isetta 300. Se fabricaron 161.000 Isettas en ocho años. 

Cabe destacar como curiosidad que los Isetta del mercado británico tenían tres ruedas por motivos fiscales. No se puede obviar el famoso sistema de entrada y salida en el coche, con una sola puerta frontal que se abría y cerraba con la columna de la dirección. BMW intentó ir más allá y presentó el BMW 600, una versión más grande del Isetta para cubrir el hueco entre éste y los grandes sedanes V8. El 600, ya con dos puertas pero más costoso que el Volkswagen Escarabajo, no tuvo el éxito de su hermano pequeño, aunque esta ya es otra historia. 

El Isetta ha sido un coche muy querido por el imaginario popular. Es destacable su papel protagonista en un video musical del grupo pop de los 80 Depeche Mode. Tampoco se puede olvidar la serie humorística americana 'Cosas de casa', donde su protagonista, Steve Urkell, conducía uno rojo y blanco. Incluso hubo entusiastas que compitieron con él, como es el caso de la Mille Miglia de 1955, carrera en la que terminó en la posición 267.

No se puede decir que el Isetta no haya sido reproducido en miniatura. Este modelo corresponde a la versión que la marca alemana Schuco destina a la Boutique BMW. Aparte de la finura general del coche, lo más destacable es que es el único Isetta en escala 1/43 que se le abre la puerta. La inclusión del clásico remolque tipo camping, al igual que en el Goggomobil, convierte el conjunto en un producto muy simpático y atractivo.

Glas Goggomobil T250 de Schuco






De estética sumamente simpática y agradable, el Goggomobil fue un invento del inquieto constructor alemán Hans Glas, un automóvil de pequeño tamaño con capacidad para transportar a cuatro pasajeros y muy económico tanto en sus aspectos mecánicos como en el del consumo- Su precio era bastante más bajo que el de un Volkswagen Escarabajo, concretamente 3.500 marcos.

Fue denominado así como homenaje al nieto pequeño de Hans Glas, al que apodaban 'Goggo'. La presentación oficial tuvo lugar en la Exposición Internacional de Bicicletas y Motos de Colonia en 1954 y las primeras unidades salieron de la fábrica de Glas en Dingolfing el 19 de enero de 1955. Los primeros en fabricarse fueron las berlinas de dos puertas y cuatro plazas tipo T, fácilmente reconocibles por sus puertas de apertura suicida con las bisagras en el pilar B.

Las primeras unidades montaban un robusto motor de 250 cc construido por Felix Dozekal, que venía de Adler. Más tarde se ofrecieron dos versiones nuevas de 300 y 400 cc. La potencia de los motores iba desde los 13,5 a los 18 cv. Robusto y bien construido, su calidad lo hizo muy superior a sus principales competidores, los también microcoches Isetta BMW, Messerschmitt o el Heinkel Kabine, entre otros.

A partir de 1957 se ofrecen dos nuevas variantes de carrocería, el coupé TS y el furgón comercial TL en configuración cerrado o abierto tipo pick up, un vehículo muy apreciado por el Deutsche Post para el reparto de correspondencia en los centros urbanos. Estuvo en fabricación hasta 1969, fecha en que BMW adquirió la firma de Hans Glas.

En España, la sociedad Munguía Industrial (Munisa) radicada en Euskadi fabricó bajo licencia de Hans Glas varias versiones del Goggomobil. El actor y cómico Luis Ciges conducía un bonito Goggomobil berlina en la divertida comedia 'El milagro de P. Tinto', dirigida por Javier Fesser.

La mítica y venerable marca alemana Schuco nos ofrece este precioso Goggomobil, que si bien el coche real era muy sencillo, la miniatura reproduce muy bien sus detallitos, como las puertas de apertura suicida o el capó trasero practicable que permite ver el motor. El interior está bien moldeado pero carece de tampografía y de adornos, todo es negro. Además viene acompañado del típico remolque camping, todo un detalle de lo más simpático.