domingo, abril 20, 2008

Audi V8 Quattro de Minichamps









El hecho de no poseer un vehículo de clase superior venía suponiendo para Audi, la firma de autos premium del grupo Volkswagen, un serio lastre que cada vez lo alejaba más de las marcas con las que aspiraba a competir, BMW y Mercedes. Las tres marcas eran competidores naturales en el terreno de las berlinas de gama alta -Mercedes Clase E, BMW Serie 5 y Audi 100- desde principios de los años 70. Casi a mediados de esta década, BMW daría un paso más en esta competición presentando el coche llamado a ser su buque insignia, el Serie 7, el primer contendiente serio que el Mercedes Clase S tendría en su propio país. Sin embargo, Audi se quedó atrás, pues su modelo 200, una variante del 100 más lujoso y con motores turbo seguía estando lejos del recién aparecido BMW Serie 7 y sus potentes motores de seis cilindros, y, por supuesto, del todopoderoso Clase S y sus mecánicas V8. No fue hasta el 1988 cuando por fin Audi presentó su réplica, pero bueno, "más vale tarde que nunca", que dice la expresión popular.

El nuevo buque insignia de la casa de Ingoldstadt vio la luz en 1988. Fue el primer Audi de la historia en incorporar un motor V8. Como baluarte principal de la marca, estaba equipado de serie con su legendaria tracción integral Quattro. Su diseño era muy similar al de los modelos 100 y 200 Typ 44, aunque era más largo, ancho y musculoso. La calandra del frontal era más estrecha y las defensas estaban muy marcadas, lo que acentuaban su tamaño. Estaba construido sobre la plataforma C3 del Grupo Volkswagen. Su producción dio comienzo en octubre de 1988 en las planta de Audi en Neckarsulm así como en el Audi Motor Assembly de Tokyo, Japón.

En un principio estaba equipado con un motor de 3,6 litros y 230 cv de potencia. Más adelante se ofreció una evolución de esta mecánica con 4,2 litros y 280 cv de potencia. El afortunado comprador podía elegir entre una caja de cambios automática de cuatro relaciones o manual, de cinco velocidades en el 3,6 y de seis en el 4,2. El V8 lograba velocidades máximas de 230 y 250 km/H, y lo que es más importante, ya tenía un automóvil con el que enfrentarse no ya sólo a los BMW Serie 7 y Mercedes Clase S, sino también a la competencia que tenía fuera de su país, como el Jaguar XJ. El equipamiento de serie era muy completo, incluyendo un equipo de sonido Bose, guarnecidos en madera de nogal, tapicería de cuero o asientos calefactables. La planta Steyr-Puch de Graf, en Austria, se encargó de fabricar las carrocerías con batalla larga, tradición que hoy sigue vigente.

Con el objetivo de demostrar que estaban ahí y el que el V8 venía para quedarse, Audi lo empleó como su coche oficial para competir en el prestigioso campeonato alemán de turismos DTM, donde históricamente las tres marcas siempre han competido en los circuitos. Los V8 Quattro del DTM entregaron potencias de 414 y 456 cv. En 1990 y 1991 el V8 resultó ganador de este certamen con Hans Joachim Stuck y Frank Biela respectivamente al volante.

El V8 Quattro es un automóvil singularmente famoso en España. El 19 abril de 1995, la banda terrorista ETA hacía explotar un coche bomba al paso del automóvil del entonces líder de la oposición y a posterior presidente del Gobierno, José María Aznar. El auto, con la curiosa matrícula M-9972-PP, resultó destruido pero ni Aznar, su escolta y su chófer sufrieron daños de gravedad gracias a los 930 kilos de blindaje con que iba equipado. En cambio un edificio aledaño resultó completamente destrozado y una señora falleció. El vehículo en cuestión es actualmente propiedad de un desguace madrileño que lo ha mostrado en alguna exposición pública.

Este post reúne a dos miniaturas realizadas por el mismo fabricante con una década o más de diferencia entre ellas. En color burdeos (cayenne) figura el Audi V8 Quattro realizado por Minichamps en la década de los 90 cuando entonces la marca se denominaba Paul Models Art. Y en negro metalizado está el V8 Quattro de reciente manufactura. El primero representa a un modelo 3,6 y el segundo a un 4,2, cosa que notamos tras ver las llantas de cada uno. En ambos casos los moldes son proporcionados y correctos en formas, aunque me cuesta creer que sean los mismos, pero seguramente lo serán. En el primero vemos un acabado bastante más sencillo que el de los actuales Minichamps aunque viéndolo con perspectiva, en su tiempo eran muy buenos. El segundo cuenta con el nivel de de calidad habitual de Minichamps y, sorprendentemente, es muy parecido al coche del atentado del presidente Aznar. En ambos casos se trata de dos miniaturas muy recomendables, si bien es cierto hay coleccionistas dispuestos a pagar los altos precios que en el mercado de segunda mano se pide por el más antiguo, no obstante, el que yo recomendaría es el segundo. En mi caso, ambos modelos los conseguí con mucha distancia en el tiempo entre ellos y lo cierto es que merecía la pena añadir el nuevo V8 Quattro a la colección, pues además hacen muy buena pareja juntos.

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