miércoles, julio 05, 2006

De Tomaso Pantera 1970 de Spark






La expresión popular "a la tercera va la vencida" le viene como anillo al dedo al constructor italoargentino Alejandro de Tomaso, pues el tercer coche que fabricó fue con el que consiguió el despegue definitivo de su compañía. Afincado en Módena desde que en 1955 llegase huyendo de la inestable situación de su argentina natal, De Tomaso había trabajado con los hermanos Maserati en su nuevo proyecto OSCA hasta que en 1959 decide establecerse por su cuenta. Su primer modelo fue un deportivo biplaza con motor central-trasero denominado Vallelunga, de aspecto atractivo pero con múltiples deficiencias de fabricación que hacía que tuviera una muy mala conducción. Apenas fabricó 50 unidades en dos años. En 1966, siendo ya propietario de la empresa carrocera Ghia, contó con la ayuda del genio americano Carroll Shelby para desarrollar otro nuevo deportivo, el Mangusta, también con motor central-trasero, pero muy potente, indómito y más cercano a un coche de carreras que a un deportivo de calle.

La entrada de Ford en el accionariado de la empresa fue un importante revulsivo para De Tomaso, que pudo contar con más recursos. Recordemos que la firma del óvalo azul buscaba desde mediados de los 60 la adquisición de una firma de autos deportivos, de donde se desprende su infructuoso intento de comprar Ferrari. Para producir su nuevo auto, Alejandro de Tomaso contó con los servicios de Giampaolo Dallara, que se encargó del chasis y la mecánica, muy famoso por su trabajo en Lamborghini con el Miura. El diseño corrió de manos del joven y prometedor americano de origen holandés Tom Tjaarda, hijo de John Tjaarda, padre de los Lincoln Zephyr y Continental.

Con una denominación tan agresiva como Pantera, el nuevo coche de De Tomaso vio la luz en Módena en 1970 y su presentación en sociedad fue en el Salón de Nueva York. La asociación con Ford no sólo se aseguraba el suministro de motores y técnica, sino también una buena política de publicidad y la distribución y venta en los Estados Unidos a través de la red de concesionarios de Lincoln y Mercury. El Pantera era un coche relativamente sencillo y técnicamente simple en comparación con otros deportivos italianos coetáneos. Empleaba un chasis monocasco y carrocería unitaria de aluminio. Se puso especial interés en mejorar los problemas de confort de sus dos antecesores, de este modo, su habitáculo era más espacioso y contaba con aire acondicionado y todo tipo de refinamientos, elementos poco comunes en este tipo de deportivos.

Mecánicamente, recurría a un motor Ford Cleveland V8 de 5,8 litros, con potencias de 285, 310 y 330 cv, según el mercado al que iba destinado y su normativa medioambiental. Las ventas empezaron muy bien y fue una satisfacción para ambas partes, pero pronto empezaron a decaer, por un lado la Crisis del Petróleo, por el otro, algunos problemas de fiabilidad derivados de su pobre calidad de fabricación, lo que llevó a Ford a romper unilateralmente su acuerdo con De Tomaso.

No obstante, ello no significó ni muchos menos el final del Pantera, que se fabricó ininterrumpidamente hasta 1991 y del que se derivaron diferentes versiones, algunos destinados a la competición. Uno de los más célebres propietarios de un Pantera fue el propio Rey del Rock, Elvis Presley, quien despechado por los numerosos problemas que le ocasionaba llegó hasta dispararle.

Spark presenta una réplica de un primera serie de 1970. Está realizado en resina. Exteriormente no echamos de menos ningún detalle. piezas independientes y tampografía forman los faros, emblemas, marcos de las puertas, retrovisores, matrículas, escapes, limpiaparabrisas y rejillas. En el interior, el color negro no permite ver con claridad la precisión con que ha sido realizado, aunque se distinguen el cuadro de instrumentos o la rejilla de la palanca de cambio. Spark tiene también las versiones GTS y GT5. Una miniatura muy recomendable.

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