domingo, junio 25, 2006

Maserati Ghibli de Minichamps








El viento que en el área del Mediterráneo sopla desde sureste proveniente del desierto del Sahara y que llega con fuerza al norte de África y sur de Europa recibe el nombre libio de Ghibli, aunque curiosamente en Italia se lo conoce como Scirocco. Fue el nombre libio y no el italiano el que la firma de autos deportivos transalpina Maserati utilizó en 1967 para denominar a su último automóvil.

El Ghibli tenía como misión ser el sustituto del Mistral, vendido por Maserati desde 1963. Resulta inevitable establecer una especie de simil meteorológico, así pues el Mistral que llega soplando desde el noroeste se marchaba y dejaba pasar al Ghibli, que lo hace desde el sureste. De todos los coches que han lucido en su frontal el logo del tridente, el Ghibli de 1966 es posiblemente uno de los más carismáticos de su trayectoria, pese a que tuvo que convivir con dos auténticas leyendas como el Lamborghini Miura y el Ferrari 365 GTB/4 Daytona, lo cierto es que comercialmente tuvo más éxito.

Estaba fabricado sobre un chasis recortado del modelo México de cuatro plazas, de armazón de acero tubular. Igualmente, equipaba su mismo motor, realmente el único motor que entonces fabricaba Maserati, un V8 en su caso de 4,7 litros cilindrada, fabricado en aleación con cuatro árboles de levas y cuatro carburadores dobles, que le proporcionaban una potencia de 310 cv.

Pero lo que realmente llamó la atención del coche fue su espectacular diseño, obra de Giugiaro en su etapa como jefe de diseño en Ghia. Era extremadamente bajo y afilado, como un tiburón, lo que lo hacía igualmente extraordinariamente aerodinámico. En este sentido, el hecho de tener un nombre relacionado con el viento, le venía al pelo. Giorgetto Giugiaro logró posicionarse entonces gracias a este coche como el gurú del diseño que hoy día está considerado.

La presentación del Ghibli tuvo lugar en el Salón de Turín de 1966 en el stand de Ghia, siendo la gran sensación del evento. Un año después no sólo estaba en fabricación, sino que también se había desarrollado por parte de su carrocero una preciosa versión descapotable denominada Ghibli Spider, un automóvil que era una auténtica belleza incluso con la capota de lona puesta, algo que muy pocos coches han logrado hasta el día de hoy. En 1970 los Ghibli equipan un nuevo motor V8 de 4,9 litros de cilindrada y 350 cv de potencia, versión que se denominaría Ghibli Super Sport y que lo acercaría más a sus rivales en lo que a prestaciones se refiere.

Pese a tratarse de un automóvil aclamado por la crítica y la prensa especializada y uno de los más codiciados de su tiempo, Maserati ya había iniciado en 1971 la producción de un nuevo deportivo de motor central, un coche ya desarrollado dentro de su etapa dentro de la propiedad de Citroen. De este modo, el Ghibli cesaría su producción en 1973, siendo junto al Daytona de Ferrari los últimos ejemplares del concepto clásico de deportivo gran turismo.

Años y muchas tribulaciones de Maserati después, incluyendo una etapa con Alejandro De Tomaso como propietario de la marca de Módena, volvió a venderse un coche bajo el nombre de Ghibli, en este caso se trataba de un pequeño turismo de dos puertas derivado del Biturbo aparecido en 1982, el cual se vendió entre 1992 y 1998. Por supuesto, no era ni la triste sombre de lo que fue su antecesor. Ya bajo el control de Ferrari y Fiat, Maserati vuelve a contar con un Ghibli en su gama, aunque ahora hablamos de una berlina de tipo medio con la que se han cometido lindezas tales como dotarla de un motor diésel. En definitiva, en lo que al Maserati Ghibli se refiere, cualquier tiempo pasado, siempre fue mejor.

El Maserati Ghibli es un automóvil extremadamente popular y se han hecho muchas réplicas a escala del mismo. En escala 1/43 la oferta es amplia, desde un modelo económico realizado para un coleccionable de kiosco hasta el carísimo y artesanal BBR. En un término medio encontramos la excelente miniatura hecha de Minichamps, para la mayoría de los coleccionistas, la mejor realizada y con más adecuada relación calidad y precio. La miniatura cuenta con un molde excelente en formas y proporciones, un acabado exterior con muchos detalles y un interior también excelente. Minichamps fabrica tanto la versión coupé como el spider.

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